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Gasol paga el caos de los Lakers

Gasol vivió los minutos finales ante los Magic en el banquillo
Gasol vivió los minutos finales ante los Magic en el banquillolarazon

La única ovación en la visita de los Magic al Staples Center se la llevó David Beckham. El centrocampista inglés fue testigo directo de la quinta derrota en nueve partidos de Los Angeles Lakers en la «era D'Antoni». Y el nuevo tropiezo tuvo la víctima habitual, Gasol. Restaban seis minutos para el final y el español enfiló el camino del banquillo para no regresar a la pista. Los Lakers mandaban por uno y terminaron perdiendo por 103-113. «Es molesto para mí como jugador, pero no puedo permitir que me irrite», fue la reflexión de Pau. Su disgusto en el instante del cambio se transformó en resignación después. En pocos minutos comprobó que no iba a volver a la pista. Se enfundó el chándal, se recostó en el último lugar del banquillo, el más alejado del cuerpo técnico, y desde allí comprobó la debacle de los suyos y el «espectáculo» que ofreció Howard desde la línea de tiros libres.

En Los Ángeles ya han vivido con otro pívot una experiencia parecida. Con Shaquille O'Neal, una táctica habitual de los rivales era el «Hack a ''Shaq''» -«Golpea a ''Shaq''»-. El objetivo era enviarle a la línea de tiros libres donde sus porcentajes eran ridículos, inferiores al 50 por ciento. La historia se está repitiendo. Los Magic decidieron mandar a la línea de 4,60 a su ex compañero. Y su hoja de servicios terminó con un sonrojante 9/21. El pésimo registro incluso es bueno si se compara con el de sus dos anteriores partidos. Ante Denver, 3 de 9; ante Indiana, peor todavía, 3 de 12. El balance de la última semana es de 15/42, poco más del 32 por ciento. Su porcentaje esta temporada es del 46,5 y ya ha fallado 100 tiros de personal.

Tras el nuevo «recital» de Howard, Kobe Bryant tuvo palabras para Gasol: «Tiene que ponerse los pantalones por los pies y dejarse de chiquilladas. No puede quedarse lamentándose ni quejándose por ello». Es un aviso. La opinión de Kobe es poco menos que palabra de Dios en los Lakers, así que Pau ya sabe a qué atenerse.