Catar
España imponente
Pronto se dio cuenta la Selección de que ayer jugaba fuera de casa. «España, España», era el grito que se oyó antes de que aparecieran los jugadores, ahogado por la afición tunecina rápidamente, ruidosa, saltarina... silenciada igual de rápido, en cuanto empezó el partido. Porque de los gritos de unos, los que están fuera del 20 x 40, se pasó a la exhibición de otros, los que están dentro. Empezando por el portero y acabando por el pivote, pasando por los laterales y los extremos, el equipo de Manolo Cadenas barrió a Túnez (28-20) con una primera parte redonda y un partido completo. Ya está en los cuartos de final del Mundial, el objetivo minimísimo, porque por ahí se abre uno de los caminos hacia los Juegos de Río: la clasificación, al menos, para estar en un Preolímpico (lo hacen del segundo al séptimo). Pero este equipo mira más allá y ahora apunta alto. A lo más alto, incluso, pese a que el camino es el más difícil posible. España es la campeona, defiende título, y ayer nuevamente se volvió a ver la defensa que le llevó hasta ahí. Siete minutos y 28 segundos tardó Túnez en lograr el primer gol, momento en que la Selección ya volaba: apareció Raúl Entrerríos imponente, y Julen y los extremos para poner el 4-0 y meter miedo y silenciar los fondos, que era donde estaban los hinchas tunecinos. «Hablamos de que teníamos que salir fuerte», explicó después Víctor Tomás. Los ánimos de los españoles se fueron imponiendo, ayudados por los hispano-qataríes, que minutos antes habían animado a Qatar en el histórico triunfo ante Austria, porque así lo dice el contrato que han firmado, y en un momento se cambiaron de bufanda para dar aliento a los Hispanos, porque así se lo pedía el corazón.
Y en la pista, las manos de los españoles se multiplicaban como tentáculos. Un bloqueo de Viran Morros. «¡¡¡Vamos!!!», gritaba. Un despeje del pulpo Gonzalo Pérez de Vargas (14 paradas de 34), que tuvo uno de esos días en los que se cree el rey del mundo: su portería es de hockey y los rivales parecen liliputienses, y mira que los africanos eran grandes. Otra vez el meta del Barça hizo que nadie se acordara de Sterbik. Otra vez con su camiseta rosa. Él es daltónico, pero los balones los ve más que bien. Se abrió de piernas, paró arriba, abajo... Intimidó tanto a los lanzadores rivales que empezaron a tratar de ajustar en exceso. Una bola fue al larguero, otra más, la siguiente fuera y la otra la detenía Gonzalo. De atrás adelante, como dice su libro de estilo, fue creciendo España. Contagiado por su trabajo defensivo, se entonó el equipo rojo también arriba, ágil en el movimiento de la pelota, en las penetraciones y en el juego con los extremos. Letal fue Ugalde en el sitio donde otros días lo es Valero Rivera, finalizando vuelos y contragolpes. Las distancias se marcharon rápido más allá de los cinco goles (10-4, min 17) y esta vez no hubo «pájara». Está metida la Selección en el campeonato, enchufada, y no costó ver a Víctor Tomás jugarse el tipo lanzándose al suelo para recuperar un balón pese a la ventaja (21-12).
Era ya la segunda parte un trámite, en la que España, poco a poco, se limitó a mantener la renta para guardar fuerzas para lo que le espera.
Ficha técnica
28 - España: Pérez de Vargas; Rocas (2), Maqueda (2), Raúl Entrerríos (3), Cañellas (3, 1p), Ugalde (6) y Aginagalde (2) -equipo inicial- Sierra (ps), Víctor Tomás (4, 1p), Andreu (-), Chema Rodríguez (-), Morros (-), Antonio García (3), Rivera (1p), Gedeón Guardiola (1) y Dujshebaev (1)
20 - Túnez: Majed; Touati (2), Tej (2), Hmam (-), Gharbi (2), Hedoui (-) y Ben Salah (1) -equipo inicial- Maggaiz (ps), Bannour (1), Alouini (3), Jallouz (-), Sanai (-), Megannem (1), Boughanmi (5), Hamed (1) y Chouiref (2)
Marcador cada cinco minutos: 3-0, 6-2, 9-4, 11-5, 15-7 y 18-9 (descanso). 20-10, 21-13, 23-15, 24-16, 27-17 y 28-20 (final)
Árbitros: Nachevski y Nikolov (MKD). Excluyeron por dos minutos a Gedeón Guardiola (2), Morros, Cañellas y Aginagalde por España; y a Touati, Hmam y Chouiref por Túnez.
Incidencias: Encuentro correspondiente a los octavos de final del Mundial de Catar 2015 disputado en el Lusail Hall de Doha ante unos 6.000 espectadores.
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