Fútbol
El final de Blatter y Platini
La Comisión Ética de la FIFA los sanciona con ocho años de inhabilitación para cualquier asunto relacionado con el fútbol
La Comisión Ética de la FIFA los sanciona con ocho años de inhabilitación para cualquier asunto relacionado con el fútbol
Joseph Blatter espera todavía poder abandonar de manera pacífica la presidencia de la FIFA el próximo 26 de febrero. Es la fecha que tenía marcada para su despedida, cuando el Comité Ejecutivo elija al nuevo presidente del fútbol mundial para los próximos cuatro años. No quiere que nada haga parecer que es una despedida obligada, a pesar de que anunció su salida sólo cuatro días después de haber sido reelegido y cuando varios miembros del órgano directivo de la Federación mundial habían sido ya detenidos y acusados de corrupción. Tampoco quiere desaparecer por culpa de una condena por corrupción. No termina de entender qué hay de extraño en abonar dos millones de francos suizos (un millón ochocientos mil euros) a Platini por unos trabajos realizados trece años antes sin que medie justificante ni contrato alguno. Por eso recurrirá ante el TAS (Tribunal de Arbitraje del Deporte) la decisión anunciada ayer por la Comisión de Ética de la FIFA de suspenderle durante los próximos ocho años para cualquier actividad relacionada con el fútbol. La misma sanción que ha recibido Michel Platini, el receptor de ese pago de dos millones de francos suizos en 2011. Además, a Blatter se le impone una multa de 46.000 euros y a Platini, de 74.000.
«Soy un ciudadano suizo y en la legislación suiza si alguien es suspendido por ocho años es porque ha cometido una falta muy grave», dice el veterano dirigente, que el próximo mes de marzo cumplirá ochenta años. «Estoy avergonzado de cómo ha ocurrido todo esto, de que el Comité de Ética no haya tomado en cuenta las evidencias», asegura. «El señor Blatter, como presidente de la institución, autorizó el pago al señor Platini, y la base jurídica no se encuentra en el contrato firmado por ambos funcionarios del fútbol el 25 de agosto de 1999. El señor Blatter no fue capaz de probar la existencia de otra base jurídica para este pago ni en su escrito de declaración ni durante su audiencia personal. El órgano no consideró convincente la alegación sobre la existencia de un contrato oral, motivo por el cual fue rechazada», argumenta la Comisión Ética de la FIFA para la sanción.
«Voy a luchar por restaurar mis derechos... y que el 26 de febrero pueda presidir el Congreso de la FIFA», dice, convencido de que sólo el Comité Ejecutivo de la FIFA tiene capacidad para apartarlo de sus funciones. «Hoy estoy triste, pero voy a luchar porque no es posible que algo así ocurra después de cuarenta años al servicio de la FIFA... nos presentan como unos mentirosos, pero por qué no nos creen. Es una cuestión de respeto y de justicia», se lamenta Blatter. «Soy un combatiente y voy a luchar por mí y por la FIFA... y espero que Michel [Platini] también lo haga».
Platini, por supuesto, también ha decidido recurrir al TAS. «Y llegado el momento, recurriré a la justicia civil si es necesario», asegura. «Estoy convencido de que mi suerte ya estaba echada antes de la audiencia del pasado 18 de diciembre y de que este veredicto no es más que el revestimiento patético de una voluntad de eliminarme del mundo del fútbol», asegura el francés, convencido de que la finalidad última de la sanción es apartarlo de la carrera electoral de la FIFA. En un comunicado difundido por sus abogados, Platini afirma que se trata de eliminar «de forma deliberada y con un cinismo que no se esconde» su candidatura a la presidencia de la FIFA. Y se declara «más combativo que nunca». «Tiene que haber un complot contra él», asegura Marius Tresor, compañero de selección de Platini en los Mundiales de 1978 y 1982.
La UEFA, asociación de la que todavía es presidente hasta que haya una sentencia firme del TAS, reiteró ayer su apoyo a Michel Platini. «Una vez más, la UEFA apoya el derecho de Michel Platini a un proceso justo y a la oportunidad de limpiar su nombre», dice en un comunicado en el que se muestra «naturalmente, muy decepcionada con esta decisión». Su secretario general, Gianni Infantino, mantiene su candidatura a la presidencia de la FIFA.
Blatter y Platini son acusados de haber vulnerado el código ético de la organización en varios artículos: los que se refieren a cohecho y corrupción, aceptación y ofrecimiento de obsequios y otros beneficios, conflicto de intereses, lealtad y reglas generales de conducta.
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