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Temporada de nieve... y de lesiones

La Razón
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Aunque no lo parezca, se acerca el frío y con él, la nieve; y con ella, hordas de aficionados que esperan disfrutar de ella, pero una mala preparación puede convertir la experiencia en una pesadilla y provocar que el puente ese con el que tanto has soñado acabe siendo una estancia hospitalaria. Así que para disfrutar de la nieve conviene empezar a prepararse un tiempo antes a fin de prevenir accidentes, algunos expertos recomiendan comenzar a calentar un par de meses antes de la visita a las colinas. Lesiones musculares, roturas de huesos y fatigas son los principales enemigos del esquiador. En cuanto a la fatiga, lo mejor para no caer en ella es combinar el entrenamiento aeróbico y anaeróbico, lo que nos permitirá tener más resistencia. Tampoco está de más realizar un entrenamiento específico de los músculos que más se utilizan con este tipo de actividades, como los cuádriceps y músculos del tronco. Caer es inevitable, al menos para la mayoría, pero el reto es que el batacazo sea anecdótico. El doctor Muñoz Criado, traumatólogo del Hospital Casa de Salud, da algunos consejos para evitar males mayores, como hacer ejercicios de sentadillas, ciclismo y levantar pesos que pueden ayudar a tonificar los músculos protagonistas. Él es uno de los que recomienda comenzar a ejercitarse por lo menos un par de meses antes de empezar la temporada y a ser posible entrenar todos los días alternando días con sesiones más intensas con días con sesiones más tranquilas, por ejemplo, haciendo ciclismo y un mínimo de 30 minutos cada día. Otro factor muy importante para disfrutar sin sustos de la jornada de esquí es la hidratación y la alimentación. Aclara al respecto que bebidas como el café, el alcohol o las energéticas pueden favorecer la deshidratación os expertos aconsejan comenzar a entrenarse antes de la primera sesión de esquí y acelerar la fatiga. El alcohol además disminuye la capacidad de coordinación. También recuerda que conviene desayunar o almorzar al menos una hora antes de iniciar la práctica del esquí y no estar mucho tiempo en ayunas. «Ayuda llevar barritas energética». «Mens sana in corpore sano», así que hay que vigilar también la fatiga mental. Conviene descansar bien antes de las sesiones de esquí y dormir bien la noche de antes. Recuerda que este deporte se practica en altura y la oxigenación es peor. Además, conviene hacer pausas frecuentes para descansar, hidratarse y tomar fruta o algún «snack».

Y si en el peor de los casos, uno acaba con el culo en suelo o besando la nieve, que tenga en cuenta que puede tener dificultades para ponerse en pie. Si la caída ha sido importante, hay que esperar a que llegue ayuda para evacuarnos, aplicar hielo en las zonas contusionadas (esto es fácil en la nieve) protegiendo la piel con una toalla y elevar la extremidad afectada y aplicar un poco de compresión. Con estos consejos y un poco de sentido común no hay nada que impida al amante de este deporte disfrutar de su pasión. Solo le resta cruzar los dedos para que esta temporada sea un año de nieves.

Alimentarse bien, prepararse físicamente, llevar ropa y material adecuado, dormir y descansar... los expertos repasan los principales factores a tener en cuenta para que un día en la nieve sea memorable en positivo.

ROPA Y MATERIAL APROPIADO PARA EVITAR SUSTOS

Igual de importante que poner a punto el cuerpo es protegerlo de los agentes externos. En este sentido, el especialista recuerda que conviene revisar todo el equipo y adquirir ropa apropiada a las condiciones atmosféricas, pues el frío o el calor excesivo pueden favorecer las caídas.

Afortunadamente, aclara, hoy en día existe una oferta muy variada y asequible de buen equipamiento y , además, los centros de alquiler aconsejan sobre el tipo más adecuado. Factores importantes a tener en cuenta son los reglajes de las fijaciones, el tipo de esquí que se practica, las botas, el casco

y los bastones. Así, una fijación demasiado rígida favorece la aparición de lesiones en la rodilla, ya que al no saltar los esquís transmiten los movimientos de torsión a las rodillas y pueden provocar lesiones de ligamentos cruzados y meniscos. Una fijación demasiado suelta hace que salten fácilmente y provoca pérdida de control y caídas. El tipo de esquí depende del nivel, el tipo de nieve y otros factores. Con respecto a las botas, no es necesario que estén tan apretadas como hace unos años, pues se ha mejorado la maniobrabilidad de los esquís contemporáneos y ya no hacen falta sujeciones muy fuertes, pero tampoco conviene que estén muy flojas. El experto tampoco aconseja llevar las cintas de los bastones pasadas por la muñeca, pues esto favorece la aparición de una lesión muy frecuente en el esquí que se llama «pulgar del esquiador».