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Cara a cara: ¿Le están pitando demasiados penaltis a favor al Barça?

La Razón
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Un escándalo que hay que parar; por Alfredo Duro

Así de claro, Carme. Un escándalo que debería avergonzarte a ti y al barcelonismo. Una sangría de penaltis que sólo tiene como precedente lo ocurrido la pasada temporada con números provocadoramente idénticos en favor del Barça sobre el Madrid. Porque te recuerdo que ya en la primera jornada, con aquel clamoroso agarrón a Cristiano en Gijón, empezó a quedar claro que a pesar de las ridículas campañas victimistas que se montan en Barcelona la vida arbitral sigue igual de inclinada a todo lo que se viste de azulgrana cuando toca hablar de penaltis y otras cosas. ¿Qué dirá vuestro ideólogo Simeone, ese licencioso «Nostradamus» futbolístico que vaticinó una especie de conspiración liguera a favor del Madrid? ¡Qué pena!

Ni con el Papa Francisco

No me lo creo, querida Carme. No me puedo creer que tu argumento sea tan poco original. No puedes seguir con eso de que el Barça pisa más el área que los demás. Intenta ser más convincente y, sobre todo, más sincera. Reconoce el «pito fácil» que los árbitros demuestran sin pudor cuando el «saltavallas» Neymar y cía. se acercan al área y hacen de la caída un arte. Si al Madrid le señalaran la mitad de penaltis, sólo la mitad, de los que sufre cada temporada, me iría a Cibeles a celebrar el principio de igualdad que ahora brilla por su ausencia. Con Benítez, con Ancelotti e incluso con el Papa Francisco en el banquillo, el Real Madrid pisaría el área lo mismo que el Barça, pero ni con la máxima autoridad del catolicismo al frente sería posible el milagro de ver penaltis a favor.

Barra libre

Y esto tiene que acabar. Como diría Luis Aragonés, tiene que acabar «por lo civil o por lo criminal». No puede aguantar más tiempo esta barra libre en las áreas de las que disfrutan los reyes del pataleo. No cuelan más batallitas sobre presuntos favores arbitrales porque sólo sirven para agigantar la caradura que le echáis a este grave asunto. Si el Madrid gana esta Liga, que la ganará, habrá conseguido acabar con esta aberrante y oficialmente aceptada bula arbitral de la que goza el Barcelona. Hay que pararlo y, te lo aseguro Carme, se va a parar.

Para qué hablar de la magia de Neymar...; por Carme Barceló

Cuando sonó el pitido final, querido Duro, me vi venir la llamada del padre Damián para solicitar artículo alusivo a las penas máximas. Que Neymar, en ausencia de Messi, se autoproclame líder indiscutible del Barça y marque cuatro goles –y medio, porque la asistencia a Luis Suárez fue estelar–, además de alegrar a la parroquia con un fútbol fantástico, no es tema. Aquí lo que cuenta es añadir leña a un fuego desestabilizador que, como apuntó Simeone, parecen haber encendido para gloria futura del madridismo tras una temporada en blanco. Entre la FIFA, la UEFA, las demandas, las multas o las imputaciones que os encargáis desde tu territorio de publicitar con una insistencia fuera de lo normal, en Can Barça no les viene de una campañita protagonizada por dos penaltis que no ofrecen duda en un partido que acabó 5-2 y del que no interesa destacar la magia brasileña.

Vivir en el área

Es lo que tiene, apreciado Alfredo, contar con una delantera única que vive en su zona natural. Y eso que el mejor está de baja. Es de lógica que si uno se acerca mucho al área es más probable que le piten una pena máxima que el que sólo tira tres veces a puerta, como algún equipo que yo me sé. Porque te recuerdo, por si el liderato puntual obnubila tu buen gusto, que el fútbol de Benítez, triste, ya ha sido pitado en su propia casa, criticado en todos los hemisferios y ha creado mal rollo en su vestuario. Ganó el Realísimo al Levante aburriendo como casi siempre. Le agradecemos las agradables siestas que en casa disfrutamos con ese juego soporífero.

Llorad, llorad, malditos

Como danzar no es lo vuestro –el arte mejor lo dejamos para mis lares–, ahora os toca volver a nutrir el palco del Bernabéu de personalidades afines y poderosas a las que llorar esa lluvia de penaltis a favor del Barça. Parodiándote, Duro, te diré aquello de «me troncho, me troncho, me tronché». Hace falta tener bemoles para solicitar facturas por algo de lo que sois maestros. Preocupaos de pedírselas a los de casa, de contentar a los vuestros y de apagar los fuegos que tenéis encendidos desde que no tiráis cohetes. Desde el cariño y el triplete te lo digo.