Fútbol
Así no vamos a ninguna parte, por Quim Doménech
Empieza a ser desesperante. El Barcelona ha dejado de ser un equipo fiable en partidos y campos donde se conquistan ligas. Ante el Levante fue la última demostración de que este grupo no transmite confianza alguna. No es de recibo tirar un partido que se pone de cara, bajar los brazos de forma alarmante y caer ante un rival claramente inferior. Griezmann denunció que tienen un problema de fútbol. Le faltó decir que también falta actitud. Este es un equipo sin alma. ¿Quién es el líder del Barça? O espabilan todos sin excepción o esta temporada pinta otra vez mal.
Busquets, De Jong y a ratos Piqué parecen estar en forma. Messi lo intenta, pero está solo contra el mundo. El argentino gana partidos, pero no todos. Griezmann no sabe dónde colocarse. Semedo juega por la izquierda, Jordi Alba está en el banquillo y Junior, en la grada. El equipo es un completo caos táctico y los jugadores tampoco ponen de su parte. Como si hubieran perdido la motivación y las ganas de ganar. Y claro, Valverde no suma, todo lo contrario.
Desde la 2002-2003, el Barça no perdía tanto. Y eso es muy preocupante. Algunos siguen fiándose de la clasificación y estar por delante de Madrid y Atlético puede distorsionar la realidad. Y la realidad es que este equipo no sabe a lo que juega. Ha perdido la identidad, ha dejado de emocionar. Y por si fuera poco, Suárez se lesiona. Tres semanas de baja. Toca hacer cambios en la delantera, a ver si Griezmann da un paso al frente y vemos más a Ansu Fati. El gran señalado es el entrenador, pero los futbolistas que tanto le defendieron deben tirar del carro también. No se pueden encajar tres goles en siete minutos. Aún están a tiempo, pero ahora viene la Champions y no valen más tropiezos. Que se pongan las pilas. Son la mejor plantilla del mundo y deben demostrarlo.
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