Atlético de Madrid
Del Sabio al niño
Un gol de Luis Aragonés bautizó el estreno de el Calderón el 2 de octubre de 1966 y dos goles de Fernando Torres llenaron de simbolismo la despedida del querido y eterno estadio rojiblanco 51 años después. El fútbol, el mismo que le debe una Copa de Europa al Atlético, a veces tiene guiños emotivos cargados de enorme significado. Nadie mejor que El Sabio para abrir las puertas de la historia de la casa rojiblanca y quién mejor que el Niño para endulzar el corazón de una hinchada que adorará a los dos por los siglos de los siglos.
Máxima emoción
Más allá de la intrascendencia de los puntos para el Atlético logrado el objetivo de mínimos de la tercera plaza, el partido giró antes, durante y después en torno a la despedida del estadio. Por ahí desfilaron mitos, leyendas vivas de un club grande que de la mano del Cholo es evidente que ha recuperado su peso y su sitio en el fútbol español y mundial. Y eso provocó el entusiamo de la grada, de mayores y de jóvenes volcados en una jornada que nunca olvidarán. Torres se encargó de elevar la temperatura y la adrenalina rojiblanca con dos goles muy tempraneros que dejaron tocados a los leones, incapaces de remontar pese a que el Atlético podía haber acusado sus bajas en defensa.
Al nuevo estadio
Al final, qué mejor para la hinchada local que un adiós a su estadio con victoria (3-1, tras los tantos de Correa y Williams). Porque desde hoy mismo toca planificar ya el futuro del nuevo proyecto «cholista», a la espera de la decisión del TAS para poder fichar o no este verano. Un boceto que empezará a latir en el nuevo Wanda Metropolitano. Pero esa será otra historia tras la brillante escrita por el ya eterno Calderón, por el Sabio, por el Niño y tantos otros...
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