F. C. Barcelona
El Chiringuito de Pedrerol: La Copa de Iniesta
Al capitán del Barça muchos le querían jubilar, pero anoche dio su enésima lección de fútbol y terminó levantando la Copa del Rey al cielo de Madrid
Al capitán del Barça muchos le querían jubilar, pero anoche dio su enésima lección de fútbol y terminó levantando la Copa del Rey al cielo de Madrid
El Barça ya tiene su doblete. Si es mágico, como dice Bartomeu, o no, dependerá de lo que haga el Real Madrid en Milán. Pero puede celebrar la Copa que conquistó ayer. El Barça de Messi, que rompió el partido con un pase magistral para deshacer el empate cuando les fallaban las fuerzas a todos, sí. Pero también el Barça de Iniesta. El manchego se echó al equipo a la espalda desde el primer minuto de la final. Al que querían jubilar hace muy poco. El que estaba lento, al que se le había agotado el fútbol. Iniesta volvió loco al Sevilla con sus controles, con su visión de juego, con sus ruletas, con sus pases magistrales, con acciones sólo al alcance de un genio como él. Y la parte azulgrana de la grada se lo reconoció coreando su nombre.
- ¡Qué grande eres, Andrés!
En un día en el que las estrellas del Barça no aparecieron, salvo Messi, tuvo que ser Iniesta el que marcara las diferencias honrando el brazalete de capitán que lucía, desplegando toda su calidad y una actitud, como siempre, encomiable. Fue Iniesta el que llevó a su equipo hacia el doblete, aunque los goles los marcaran otros, y el que levantó la Copa al cielo de Madrid. ¡Qué grande eres, Andrés!
- ¿Estuvo la MSN?
¿Y la MSN? ¿Dónde está la MSN, como dice el Hit de «El Chiringuito» que está dando la vuelta al mundo? Messi en todas partes, estuvo a la altura y fue el «crack» que esta temporada no siempre ha aparecido. Luis Suárez, desgraciadamente, acabó llorando desconsolado en el banquillo tras lesionarse. Sus lágrimas son las de Uruguay, que teme perder a su mejor jugador en la Copa América. Fue la imagen triste del partido. ¿Y dónde estuvo Neymar? Desaparecido. Se le vio siempre más pendiente de provocaciones y trifulcas que de jugar como sabe y de mirar a Sergio Rico. También cumplió Piqué, que se salió especialmente tras la expulsión de Mascherano. Vimos su mejor versión.
- El fútbol ganó a la política
El Barça se encontró antes del descanso jugando con uno menos, algo que sólo le sucedió una vez en toda la Liga (aunque se quedó siete veces en superioridad numérica). La tarjeta roja a Mascherano fue tan clara que ni él protestó. Después, con la expulsión de Banega, los culés volvieron a tomar el mando tras sufrir durante más de una hora y terminaron matando a un Sevilla que tiene mucho mérito y que ha hecho un temporadón. Fue una final espectacular, trepidante, de contener el aliento. Un partido que estuvo a la altura y que se comió a la guerra política de las banderas. Por cierto, en el palco estuvieron todos. El amago del otro día de no acudir al estadio se quedó en nada. El fútbol estuvo por encima... e Iniesta en lo más alto.
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