El rincón de Pipi: Amunt Valencia y por la puerta grande

Lo que parecía un sueño, se ha hecho realidad diez meses después. El valencianismo ha tenido que vivir una larga y dura travesía, pero Marcelino y toda su plantilla han devuelto la ilusión a la ciudad. A falta de que se eche el telón liguero, ya está matemáticamente clasificado para jugar la Champions. El técnico asturiano ha conquistado los corazones de los valencianistas. Llegó al club en medio de una convulsión político-deportiva en una entidad con dudas y que llevaba años sin rumbo.

El milagro de Marcelino

Mi paisano ha recuperado la paz, haciendo alarde de sus valores personales y profesionales, ganándose al vestuario. Y el milagro se instaló en Mestalla. Atrás quedan los años del ¡vete ya! para los últimos inquilinos del banquillo. Y esto se ha conseguido con la unidad de aficionados, equipo y dirigentes, que esta vez sí han trabajado con cordura para lograr la estabilidad institucional. Éste es el secreto para que Valencia vuelva a gozar de una salud que llega por fin desde Singapur, con su máximo accionista, Peter Lim, que ha dejado de dar tumbos. También ha sido un acierto el fichaje de un gran gestor como Mateo Alemany, un tipo con experiencia en los despachos y culpable de fichar a Marcelino para recuperar el bálsamo que necesitaban.

La guinda europea

Con todos estos ingredientes, los aficionados han disfrutado de una temporada con excelentes resultados y esa guinda extraordinaria de volver a Europa por la puerta grande. Ahora la afición lo vive con entusiasmo, ya que el sentimiento nunca lo han perdido. Por eso se merecen lo mejor y disfrutar de este proyecto que tiene de una vez por todas base y mimbres para sostenerse con firmeza y regularidad donde le corresponde: entre los mejores del fútbol español... Y de Europa.