Empate sin magia y con Ter Stegen

Valverde no encontró soluciones y dejó en el aire la sensación de un «no sabe, no contesta». Cuatro puntos ha dejado escapar el Barça en dos jornadas y una parte de ellos son responsabilidad del entrenador. Faltaron magia y registros, aunque sume seis puntos más que el Real Madrid. Esto es así. Ernesto tuvo a Messi 90 minutos en el campo, ese jugador que cuando ves su nombre en la alineación pasan dos cosas: o respiras hondo o se te encogen las entrañas. Esto último debieron sentir los de Garitano al confirmar que el argentino iba a estar desde el minuto uno en el terreno de juego. Leo estuvo aquí y allí, sufrió faltas que Del Cerro Grande decidió no castigar, destiló rabia y ganas y acabó desesperado con lo propio y con lo ajeno. Porque también estuvo el colegiado, cuya vara de medir osciló entre lo lamentable y lo inexplicable. Curioso no ver incendiadas las redes sociales ante las injusticias. Pero ya sabemos cómo va esto. Y así todo, que diría Piqué.

Porterazo

Pero, sobre todo, estuvo Ter Stegen. El mejor portero del mundo. El «The Best» del partido en San Mamés. El que, una noche más, salvó a su equipo. El santo de todas las plegarias.

Los primeros 45 minutos transcurrieron entre la desesperación que generaba Arturo Vidal, el trabajo incansable de Messi y su preocupación por la actuación de su compañero Coutinho, que no da una a derechas. Es tan bueno este jugador que cuando está mal, aún se nota más. Tras el descanso, Messi puso toda la rabia y la calidad en el césped para que subiera el color de ese Barça gris. Sus plegarias fueron escuchadas (tarde) por Valverde y llegó Aleñá. Una segunda mitad que fue un monólogo azulgrana y Dembélé, que dijo estar bien para jugar 20 minutos, salió cuando faltaban quince para el final y con el Athletic tocado y casi hundido. Empate a cero que supo a poco y un fútbol que supo a menos.