La pizarra: Victoria por aplastamiento

El Real Madrid aprovechó la fragilidad azulgrana en defensa para tomar el Camp Nou. El autogol de Piqué lo cambió todo. Los de Zidane sentenciaron con dos misiles.

Olvidar a Ney

Los de siempre para hacer lo mismo de siempre sin necesidad de que Valverde se vuelva loco. La responsabilidad, toda para Leo. Deulofeu se examina. Es la incógnita. Un Barça impreciso, primeros compases con muchos errores y dudas. Excesivas pérdidas de balón hacen un fútbol muy desprolijo. La tendencia, al pasillo izquierdo, donde Alba y Deulofeu mantienen las coordenadas para poder romper el bloque madridista. Lo mejor, el pasaje del 25 al 35. Aparece Leo. Tras el descanso se desordenó y dejó mucho espacio atrás. Aún así tuvo ocasiones.

Se blinda y a la contra

Isco, la piedra angular. La clave, protegerlo. Kovacic, Casemiro y Kroos, sus gregarios. Y además, otorgan libertad de equivocarse a los laterales: subir y no volver. Bale, de paracaidista, observa pero no interviene. Argumentos llevados a rajatabla. «Press» muy alto sobre salida del balón, alternando con bloque bajo sólido. Ter Stegen, un objetivo casi imposible. En la segunda parte, el autogol de Piqué cambió todo. El Madrid parecía que no aprovechaba los espacios que dejaban los azulgrana, pero primero Cristiano y después Asensio dejaron la eliminatoria muy decantada.