La Supercopa que quería el Atlético

Será el 15 de agosto en Tallin, capital de Estonia, donde se juegue la Supercopa. Otro sitio de esos raros y de viajes largos y costosos para las aficiones que eligen los curiosos (por llamarlos de alguna forma) dirigentes del fútbol europeo. Pero es lo que hay... Y lo que habrá será, en cualquier caso, una espectacular final por el «supertrono» europeo entre el Real Madrid (campeón de la Champions, la número 13, una barbaridad) y el Atlético (campeón de la Europa League y que de la mano del Cholo Simeone ha vuelto al sitio que le corresponde entre los grandes). Una final madrileña, española y con evidente atractivo, hasta morbosa. De Madrid a Tallin y de Tallin al cielo. De Cibeles o Neptuno. Apasionante inicio de temporada el que nos espera.

Doble reto del Cholo. Era la final que quería el Atlético, el primer doble reto de Simeone y de su ejército (¿con Griezmann o sin el francés? Esa es la cuestión) para el curso que viene. El técnico argentino tiene esa espina clavada de las dos finales de la Champions perdidas con el eterno enemigo blanco, la de Lisboa en el 93’ y la de Milán en la tanda de penaltis. El Cholo es de los que piensan que ganar esa Supercopa sería golpear primero, conquistar otro título para las vitrinas rojiblancas a la espera de trabajarse el objetivo prioritario: llegar a la final de Champions que como todos sabemos será esta vez en el Wanda Metropolitano. Ocasión histórica para dedicarle la Primera al inolvidable Luis Aragonés.

Esto va en serio. El Atlético ya ganó dos Supercopas europeas, la de 2010 al Inter de Milán (2-0) y la de 2012 al Chelsea (4-1). Y ésta que viene se la va a tomar como un objetivo de fuego real. Empezará a trabajar el próximo 11 de julio, y el día 26 hará «stages» en Singapur y en Los Alpes. Oxígeno para llegar en la mejor forma posible a la gran cita de Tallin. Eso va muy en serio.