Giro de Italia
El Sky era el límite
Sus métodos no han funcionado con Porte, que dejó ayer el Giro
El ciclista australiano del Sky arrastraba secuelas en la rodilla y cadera izquierdas de la caída que sufrió el pasado viernes.
El equipo Sky irrumpió en el pelotón hace cinco años con un presupuesto mareante y una nueva metodología, con la que pretendían revolucionar el ciclismo y ganarlo todo. La última de sus ideas, una caravana de lujo para su líder en el Giro, no ha dado resultado: Richie Porte abandonó ayer la carrera italiana magullado por las caídas.
Aspiraban a ser diferentes, a marcar una época. A ser los mejores. Sin modestia ni precariedad, el Sky apareció en el pelotón a comienzos del 2010 con 30 millones de euros de presupuesto y la firme convicción de ganar el Tour con un ciclista británico. David Brailsford, gurú de la pista, se puso al frente con una nueva metodología que «sentará un precedente», según él mismo. Logró el objetivo de conquistar la ronda gala con Bradley Wiggins dos años después y en 2013 con Chris Froome. Les dio de sobra para escribir un libro. «El límite es el cielo», lo titularon, en el que venían a explicar el éxito de sus nuevas fórmulas. Pero su prepotencia inglesa ha sucumbido ante el simple hecho de que sus ciclistas son tan humanos como los demás. Ellos mismos son el límite.
La retirada de un «abatido» Richie Porte del Giro, aprovechando la segunda jornada de descanso de ayer, lo prueba. De nada le sirvió al tasmano el «motorhome» lujoso donde ha dormido durante la corsa rosa, alejado de sus compañeros para evitar el estrés de cambiar de hotel cada día. La última de las extravagancias del Sky. Éstas son algunas otras.
La teoría del chimpancé
En la primera concentración del equipo, el psiquiatra Steve Peters dijo a todos los corredores de la plantilla que tenían que ser hormigas o robots y no chimpancés, que son pasionales y representan el lado irracional del cerebro humano. Cuando esa parte controla a la otra mitad, al lado racional supone un freno para el desarrollo de los ciclistas. La confianza en uno mismo sólo se pude construir dejando apartadas las emociones y confiando únicamente en la razón. Su trabajo, les dijo, era ser hormigas, aceptando los obstáculos sin quejas y superándolos con actitud positiva.
Saber arreglar un coche antes que conducirlo
El mismo Peters les aleccionó diciéndoles que antes de enseñarles a conducir un coche abriría la tapa del motor y les mostraría cómo funciona. «Así, si hay una avería tendréis ventaja». (Porte no pareció prestar mucha atención a esa lección vista su debacle.
El invernadero de Wiggins
Después de caerse y abandonar el Tour del 2011, el mes previo a la Vuelta a España los preparadores del Sky pusieron en práctica con Wiggins un método nunca visto. Metieron al ciclista en un invernadero para hacer sus entrenamientos. Se pasó horas sudando sobre el rodillo para habituarse al calor de España.
Colchones propios contra los ácaros
En las grandes vueltas, un auxiliar se encarga de llevar los colchones de todos los ciclistas de hotel en hotel. Así, duermen siempre en el mismo, hecho especialmente para ellos. Cuando llegan a cada hotel nuevo, los auxiliares se dedican a desinfectar las habitaciones y las moquetas para liberarlas de ácaros.
Tecnología de McLaren
Firmaron un acuerdo con la división tecnológica de McLaren para poder usar las instalaciones de la factoría de Woking y beneficiarse de los adelantos en telemetría, simulación y aerodinámica que experimenta la F-1. El equipo tuvo acceso al túnel del viento, donde se pulió la aerodinámica del McLaren MP4/23, con el que Hamilton consiguió ser campeón.
Controlando los gramos de comida
Tim Kerrison, el preparador del equipo buscó un lugar sobre el planeta Tierra que aunara la altitud, el calor y las subidas, y lo encontró en Tenerife.
Los buenos resultados obtenidos hicieron que medio pelotón ciclista emigrara al Teide a preparar en altura sus objetivos, copiando el método del Sky. Pero el equipo inglés siempre ha ido un poco más allá. A las jornadas extenuantes de entrenamientos unieron una dieta estricta controlada hasta el extremo para cada uno de sus corredores. 100 gramos de proteínas y 50 de carbohidratos entre pasta y arroz.
Y hoy espera el temido Mortirolo
«El primer recuerdo que tengo es el 2008 cuando vine al Giro de rebote y tenía que mantener la maglia rosa. Creo que sólo tenía cuatro segundos de diferencia con Ricco –explicaba ayer Contador acerca de sus recuerdos del Mortirolo, que hoy se sube en el Giro–. Me puso a prueba pero pude aguantar. Y en 2011 no lo subí pero sí que tuve la oportunidad de subirlo el año pasado. Es un puerto que me gusta, durísimo, en el que se hacen diferencias; habrá que ver el día después del descanso y con todos los puertos anteriores. Será un puerto duro».
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