Ciclismo

Londres

El Tour vuelve a apostar por la media montaña

Fiel a la tradición de los últimos años, el Tour de Francia de 2014 volverá a apostar por la media montaña, etapas que sobre el papel no parecen muy peligrosas pero que esconderán sorpresas y cuyo contorno definitivo será desvelado mañana por los organizadores.

Al igual que el año pasado, la contrarreloj tendrá menos peso, con una única etapa, eso sí, la víspera de la llegada a París, entre Bergerac y Perigueux, si se confirman las filtraciones que han surgido en los últimos días.

Porque el recorrido oficial se mantiene en secreto y solo ha trascendido que la 101 edición de la ronda gala comenzará el 5 de julio en la localidad británica de Leeds.

El Reino Unido albergará las tres primeras etapas, la plana Leeds-Harrogate, la escarpada York-Sheffield y una última con final en Londres, guiño a la salida de 2007, que marcó un gran éxito de público.

El pelotón pondrá rumbo al continente por Le Touquet y se dirigirá a territorio belga, donde se tomarán algunas de las rutas de la París-Roubaix, incluidos los clásicos adoquines del "infierno del norte".

Desde 2010 el Tour no había pisado suelo adoquinado que tantos quebraderos de cabeza crea a los escaladores y que volverá a estar presente en esta nueva edición.

Si el británico Chris Froome, ganador de la pasada edición y subcampeón de la anterior, ya ha mostrado el poco cariño que tiene por los "pavés", sus principales rivales, empezando por el colombiano Nairo Quintana, segundo en el último podium, tampoco parecen apreciar este tipo de terreno.

Tras superar ese paso, el Tour tomará dirección hacia el este, donde los organizadores han vuelto a colocar en el menú los Vosgos y un final en la Planche des Belles Filles, que tan buen recuerdo dejó en 2012, donde Froome logró su primer triunfo en el Tour, augurio de una gran carrera.

Aquel día, para muchos, se forjó la carrera del ciclista británico nacido en Kenia, porque aunque ese año se sacrificó por su compatriota y compañero de equipo en el Sky Bradley Wiggins, hizo una auténtica demostración de su fortaleza. Para muchos, ese día demostró que tenía más gasolina que el que finalmente acabaría por convertirse en el primer británico en triunfar en el Tour.

Tras una jornada de reposo en Besançon, los ciclistas pondrán rumbo al sur, con los Alpes en el objetivo, que en esta edición tendrán menos peso que los Pirineos.

Superado el macizo alpino, con dos etapas y posibles pasos por Charmousse y Risoul, una segunda jornada de descanso está prevista en Carcassone, antes de lanzarse a la última semana, que volverá a ser clave.

En el menú pirenaico figurarán, si se atiende a los rumores, el Pla d'Adet, Saint-Lary o el Hautacam.

Faltará la contrarreloj final para dejar perfilada la general de la edición que volverá a mostrarse orgullosa por los Campos Elíseos de París pero, a diferencia de la pasada edición, en una llegada clásica, tras haber probado en la centésima edición el final nocturno.

"Lo excepcional no debe ser habitual", avisó el director de la carrera, Christian Prudhomme, que guarda hasta mañana los secretos de la edición de 2014.

Los organizadores han montado así una edición en la línea de lo que vienen siendo los últimos años, lejos de la extrema dureza que marcó el inicio de este siglo, marcado por los escándalos de dopaje sanguíneo de la llamada "era Armstrong".

A la presentación de mañana está previsto que acuda, además de Froome, Alberto Contador, cuarto de la pasada edición y vencedor en 2007 y 2009, junto con el flamante campeón del mundo, el portugués Rui Costa.

En ausencia de Quintana, la bandera colombiana será sostenida en la ceremonia por Fabio Duarte.

También tienen anunciada su presencia el italiano Vincenzo Nibali, el británico Mark Cavendish y el alemán Marcel Kittel.