Ciclismo
Jai Hindley, de perder el Giro en la última etapa a resucitar en el Blockhaus
En 2020 llegó al último día vestido de rosa e igualado a tiempo con Tao Geoghegan Hart. Perdió la carrera y después de año y medio desaparecido ha ganado en el Blockhaus
Jai Hindley llevaba dos años desaparecido, desde que perdió el Giro de la pandemia, el de 2020, en la última contrarreloj contra Teo Geoghegan Hart. Llegaban igualados a tiempo, aunque era el australiano el que vestía la «maglia rosa». Pero la perdió en las calles de Milán y pareció desaparecer para siempre. En ese Giro se había presentado en sociedad con su victoria en la etapa que acababa en el Lago de Cancano y desde entonces no había vuelto a conseguir una victoria.
Hasta que reapareció para imponerse en el esprint en el Blockhaus. Una etapa de las grandes, de las que eligen a sus ganadores entre los mejores y que llevaba dos años esperando al ciclista australiano. «Es increíble. El último año no ha sido el mejor para mí, tuve muchas dificultades, pero trabajé duro para volver al nivel necesario para competir en el Giro. No tengo palabras. Esta victoria es bastante asombrosa», reconocía después de imponerse en la etapa más dura de la carrera rosa.
Italia siempre ha sido un país importante para él. Fue su primera estación de paso en Europa cuando se trasladó con 18 años. En 2021 llegó como uno de los favoritos al Giro, pero tuvo que marcharse antes de tiempo. «Jai ha estado sufriendo bastante durante los últimos días por un higroma isquiático, una llaga en la zona de apoyo del sillín, y aunque esperábamos que las cosas mejoraran, su condición se ha deteriorado significativamente después de la última etapa. Sus niveles de dolor ya no son tolerables y no puede continuar en carrera así», explicaba el médico de su equipo, el DSM, después de que abandonara la carrera en la etapa 14, con final en el Zoncolan.
«Así no es como quería que terminara mi Giro, pero la situación mejora y no puedo continuar», admitía en el momento de abandonar la carrera.
Desde entonces no se le volvió a ver en todo el curso. Su mejor puesto fue un sexto en una etapa de la Vuelta a Polonia. Y nada más. Esta temporada fichó por el Bora en busca de un nuevo horizonte y el panorama parece más despejado para él. Ya fue quinto en la general de la Tirreno-Adriático y sexto en la clásica Jaén Paraíso Interior, en la que demostró que está preparado para aguantar cualquier esfuerzo. La confirmación le ha llegado en el Giro, su carrera favorita.
«Comparado con el año pasado estoy muy contento de cómo van las cosas. Pregúntame cómo ha sido esta temporada cuando termine. Pero hasta ahora es bueno estar de vuelta en la acción en las carreras», reconocía después de la Tirreno-Adriático. Una concentración de dos semanas en Sierra Nevada fue su entrenamiento definitivo para llegar en buena forma al Giro. Y en algunos puntos está superando su rendimiento de 2020. Como en la subida al Etna, donde hace dos años unos problemas digestivos le complicaron la vida. Superó esa prueba y ahora vuelve a estar con los mejores.
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