Ciclismo
Un mito perdido en el metro
"Óscar Freire, el genio del arco iris", la biografía del tres veces campeón del mundo, presentada en Madrid. El campeón llegó tarde. "Nadie sabía indicarme"
"Óscar Freire, el genio del arco iris", la biografía del tres veces campeón del mundo, presentada en Madrid. El campeón llegó tarde. "Nadie sabía indicarme"
"Nadie conoce Madrid", se queja Óscar Freire sin perder la sonrisa. Llega tarde a la presentación de su biografía, sólo por delante de Pedro Delgado, con el pelo más largo que cuando corría y una maleta serigrafiada con su nombre y el de su penúltimo equipo, el Rabobank. "No soy rencoroso", añade, "la primera que he cogido". Ésta vez no es sólo culpa de uno de sus habituales despistes. "He preguntado en el aeropuerto y me han dicho que me viniera en metro", dice. Y confiesa que se ha pasado algunas paradas, pero después, cuando salió a la superficie nadie sabía indicarle. Mientras, Juanma Muraday, el autor de "Óscar Freire, el genio del arcoiris", lo esperaba en una rotonda.
Muraday, periodista que nada tiene que ver con el ciclismo aparte de su afición, llegó a ser el biógrafo de Freire sólo por el convencimiento de que cuando se retirara, el cántabro no iba a tener el reconocimiento que se merece. "Ahora todo es rapidísimo, de los partidos de fútbol nos ponen los goles y ya está; los partidos de la NBA se resumen en tres jugadas y el ciclismo se ve por youtube", dice. Pero el hombre que ha ganado tres campeonatos del mundo se merecía más. "Tenía la impresión de que nos íbamos a olvidar pronto de él", afirma. Y eso no se podía permitir. Freire, muy celoso de su vida privada, aceptó la propuesta de aquel aficionado sin pensarlo. "Creía que me iba a decir que por qué me iba a contar a mí su vida, pero dijo que sí", reconoce. Y tres años después, en el Consejo Superior de Deportes, han presentado el libro. Un tomo de 452 páginas editadas en un cuerpo de letra diminuto por Titano Ediciones.
"Todo se acaba y al final queda lo escrito", reflexiona el mito. "El libro hará que el día de mañana mis hijos sepan quién es su padre sin necesidad de ser el típico viejo pesado". Por el momento, ha servido también para que Freire sepa quién es Freire. "Me ha recordado carreras que tenía ya olvidadas". Algo habitual en él, un genio con la carrera llena de despistes. "Una vez en un critérium en Holanda llegamos a un pueblo y me sonaba bastante", recuerda Freire. "Iba reconociendo el recorrido con Joseba, mi masajista, y le decía: 'Yo esto ya lo he vivido'", añade. Después, cuando subió al control de firmas vio el cartel con su foto que recordaba que Óscar había sido el ganador de la carrera el año anterior. "Claro que lo había vivido, si había dado 100 vueltas a ese circuito", comenta.
Freire, ya retirado, no se olvida de la bicicleta. "Aunque ahora me he apuntado al Fútbol Club Coldrerio", cuenta. Allí, en la localidad suiza donde vive, disfruta con los veteranos del equipo. "Allí no corre nadie", se ríe. "Están todos gordos. Tienen entre 30 y tantos y 60 años", añade divertido mientras firma libros con la mano izquierda. "Pero hay muchas cosas que hago con la derecha", asegura. Para el fútbol le da igual, la pega con las dos. Y mientras sigue firmando libros, los periodistas se van dispersando. Algunos miran su maleta, abandonada en un rincón. "Se le va a olvidar", dice uno. Puro Freire.
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