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Vuelta a España 2021

Roglic corre hacia la leyenda en los Lagos de Covadonga

El esloveno respondió a un ataque lejano de Bernal y pone un pie en el primer escalón del podio de Santiago de Compostela. Movistar y Mas se conforman

Primoz Roglic celebra la victoria en los Lagos
Primoz Roglic celebra la victoria en los LagosManuel BruqueEFE

Cuando Egan Bernal lanzó su ataque a más de 60 kilómetros de meta, en el segundo ascenso a la Collada de Llomena, Primoz Roglic sólo pensó que su lugar estaba junto al colombiano. Se limitó a seguir a su instinto y complacer a su alma. «No pensé mucho, sólo me puse a correr con él», explicó después. El cielo amenazaba con desplomarse sobre las cabezas de los ciclistas y la carretera estaba resbaladiza, pero nada de eso frenó a los dos aventureros, que decidieron caminar hacia la leyenda sin reparar en todo lo que les quedaba por delante, en la subida del puerto, y en la bajada, en los kilómetros de llano que quedaban por delante y en lo cansados que podían llegar a los Lagos. Sólo pensaron en ser felices. No se preocuparon de que sus piernas pudieran llegar cansadas a las rampas decisivas o de que su alma no llegara empapada.

Sólo Supermán López intentó seguirles, pero no le dieron las fuerzas. Y la etapa se convirtió en una prueba de persecución en la que Movistar, con el colombiano y con Enric Mas, se limitó a esconderse detrás de los corredores de Bahrain, que intentaban arrimar a Jack Haig a las primeras posiciones.

No está hecho el equipo telefónico para las grandes gestas. Lo suyo es correr con los números en la cabeza, pensando en no perder. En salvar un día más para acercarse al podio. Pensar en pequeño. «Si no estás seguro, con la confianza de ir, sabiendo que tienes más de 40 kilómetros por delante a tope, se puede pagar, todavía más sabiendo que mañana tenemos otra jornada importante», explicaba Supermán después de la etapa. «No sé cómo iremos mañana Enric y yo, pero hoy creo que hemos salvado el día», añadía. El mismo mensaje se repetía después en boca de Enric Mas. «Hemos salvado un día muy, muy complicado. Una jornada muy exigente».

Salvar el día es un concepto que no no existía en la cabeza de Miguel Indurain cuando hace 25 años se retiró en esta misma etapa al paso por Cangas de Onís camino de los Lagos. La grandeza de Miguel era suya, no se transmite de generación en generación. Tampoco piensan en salvar el día Roglic y Bernal. Aunque al colombiano le duraran las fuerzas sólo hasta que llegaron las rampas de los Lagos de Covadonga. Había desgastado mucho hasta llegar ahí. Roglic y él se convirtieron en una pareja perfecta que iba robando segundos a sus rivales con aparente facilidad. Habían llegado a tener más de dos minutos de ventaja que el trabajo de Wout Poels para el Bahrain redujo a algo menos de minuto y medio al llegar al comienzo de los Lagos.

Cuando Roglic se marchó solo el reloj comenzó a correr de nuevo. Al esloveno no le frenaba nada, ni siquiera la noticia de la caída del líder, Eiking, que se fue al suelo en el mismo punto en el que antes se habían caído Verona, Vlasov y Henao. Allí estaban con sus cuerpos doloridos –más Vlasov que el resto– cuando el noruego llegó a trazar la curva y se fue con ellos.

Roglic no pensaba en lo que tenía por detrás sino en lo que quedaba por delante. Hay corredores valientes y otros que no tienen miedo. Egan Bernal no tuvo miedo de lanzar un ataque lejano, era su única oportunidad de acercarse a la victoria en la Vuelta. Y no le importó llevarse con él al mejor, a Primoz Roglic. «Dije que si tenía piernas lo iba a intentar. La etapa se prestaba para eso y salí a divertirme en la bicicleta. Es lo que me gusta, correr, competir y llevar el cuerpo al límite explicaba». Y Roglic se fue con él.

«El que hizo todo el trabajo fue Roglic. Estoy contento con él porque mostró mucha valentía. Yo no tenía nada que perder, el tenía todo que perder. El valiente fue él», admitía Bernal después de cruzar la meta. Pero también tenía todo por ganar. La Vuelta, por ejemplo. Sería la tercera para él, pero la disfruta como si fuera la primera.

El esloveno ganó la etapa y recuperó el maillot rojo y Enric Mas, que comenzó la jornada sólo 35 segundos por detrás ahora está a 2:22. Roglic lanzó un grito liberador al entrar en meta. El grito del campeón.

Roglic dio un paso hacia la leyenda, pero el golpe moral para sus rivales fue el acelerón de Sepp Kuss. El estadounidense del Jumbo apretó para ser segundo en la meta, conseguir el doblete para su equipo «en una cima mítica» y robar las bonificaciones a sus rivales. Para entonces Roglic ya se había cruzado con ellos cuando emprendía el camino de vuelta hacia el podio.

Clasificaciones

General (Maillot Carrefour) Primoz Roglic (Jumbo)

Puntos (Maillot Skoda) Fabio Jakobsen (DeCeuninck)

Montaña (Maillot Loterías y apuestas del Estado) Romain Bardet (Dsm)

Joven (Maillot Fenié Energía) Egan Bernal (Ineos)

Equipos (Premio Correos) Bahrain