Ciclismo
Cien años de la carrera eterna
Muertes, desgracias, caídas, trampas y, sobre todo, héroes. Todo cabe en cien ediciones del Tour, desde que Maurice Garin se convirtió en el primer ganador de la carrera en 1903 hasta que el 21 de julio aterrice en París el nuevo vencedor. El Tour cumple su segundo centenario. En 2003 cumplió 100 años. Ahora son 100 ediciones y algún ganador menos después de que quedaran desiertos los siete Tours de Lance Armstrong.
Los pioneros
«Asesinos», gritaba Octave Lapize al ascender por primera vez el Aubisque en la edición de 1910. Había superado ya el Peyresourde, el Aspin, el Tourmalet y el Soulor y le quedaban todavía casi 200 kilómetros por delante. Atrapó al italiano Albini, que marchaba por delante, y le dio tiempo de imponerse en la meta de Bayona camino de la victoria final. Fue el ganador de aquella edición, pero para el recuerdo quedaron sus palabras y esa cima que se convirtió en uno de los símbolos de la carrera francesa.
Anquetil y Poulidor
Anquetil sustituyó a Louison Bobet, el primer francés que ganó tres ediciones del Tour, en el corazón de la afición. Pero hay ganadores que no serán tan recordados como Poulidor, que fue tres veces segundo y cinco veces tercero en el Tour, pero ni siquiera pudo vestirse un día de amarillo. Fue la Vuelta de 1964 su único consuelo. Su problema se llamaba Jacques Anquetil, el primer hombre que ganó cinco Tours y la primera gran estrella de la carrera. Anquetil era famoso por sus hazañas en carrera y fuera de ella, por sus jaleos amorosos y por sus triunfos. Jacques murió joven, con 53 años, víctima de un cáncer. A Poulidor le siguen aplaudiendo.
Bahamontes
El Tour era para los españoles una cuestión de fe, un animal mitológico al que algunos intentaban domar con escasos recursos y menos éxito. Hasta que apareció Bahamontes. Federico era un inconsciente que se conformaba con ganar la montaña y despreciaba el triunfo final. Hasta que Fausto Coppi se cruzó en su camino y le convenció de que el jersey de la montaña era un triunfo menor para sus cualidades. El 18 de julio de 1959, Bahamontes se convirtió en el primer español que ganaba el Tour. Cuando Franco, aquel era el día de la fiesta nacional, y el «Caudillo» aprovechó su triunfo, como han hecho y harán todos los políticos. Pero la fiesta de Federico había sido unos días antes, el 7 de julio, porque él a quien quería dedicar el triunfo era a su mujer, Fermina.
Del caníbal al caimán
Eddy Merckx era un ganador voraz, que ganaba todo sin perdonar nada. Un ganador de verdad, que no perdonaba nada. Ganó cinco veces el Tour, pero hay uno que no le dejó tranquilo. En 1971, Luis Ocaña era el líder destacado, pero tuvo que abandonar por una caída en el descenso del Col de Mente. Al día siguiente, Merckx se negó a vestir el maillot amarillo que ya lució hasta París. Ocaña tuvo su recompensa tres años después. En 1978 apareció Bernard Hinault, el tercer ganador de cinco Tours. Otro ganador insaciable, como Merckx.
Indurain, el último rey
Miguel Indurain fue el último gran dominador del Tour. Un héroe generoso, capaz de regalar victorias menores porque la grande era para él. Indurain creció al lado de Pedro Delgado, en el equipo Reynolds. Ninguno de sus cinco Tours hubiera sido posible sin José Miguel Echavarri, el director que recuperó el Tour para el ciclismo español. La aventura de 1983 terminó con Ángel Arroyo en el segundo puesto por detrás de Laurent Fignon. Ahí nació la nueva historia del Tour en español.
✕
Accede a tu cuenta para comentar