MotoGP
Cómo destronar a Marc
Márquez arrancó el curso 2019 con el primer día de entrenamientos en Cheste, ya con Lorenzo como compañero en Honda y sin un rival claro que amenace su reinado
Márquez arrancó el curso 2019 con el primer día de entrenamientos en Cheste, ya con Lorenzo como compañero en Honda y sin un rival claro que amenace su reinado.
Las primeras vueltas de Zarco vestido con los colores de KTM abrieron oficialmente la temporada 2019 a las 11:40 de la mañana. Una hora después se animaban el resto de pilotos, entre ellos Jorge Lorenzo en su esperadísimo estreno con el Repsol Honda, ya como compañero de equipo de Márquez. Un pequeño aperitivo en forma de 30 vueltas como primera toma de contacto en su adaptación a la moto del vigente campeón, que arranca la defensa del título varios pasos por delante y sin un candidato claro a ponérselo realmente complicado. Hay una lista de enemigos, sí, el problema es que todos ellos tienen que confirmar el potencial que se les supone para evitar que Marc se escape pronto en la clasificación como ha sucedido en 2018.
La pregunta de ¿cómo se le gana a Márquez? no la han sabido contestar desde hace tiempo los otros pilotos importantes de la parrilla. «Ha ganado cinco de los últimos seis Mundiales y eso no es una opinión, son hechos», reflexionaba en LA RAZÓN el sábado Lorenzo. Es consciente de que llega al lugar más difícil en cuanto a competencia, por mucho que le gusten los retos y vaya a tener un arma idéntica a la del campeón para competir. El mallorquín dispondrá del mismo material, otra cosa será el tiempo de adaptación que necesite y si es capaz de llegar a esos límites que pisa Marc sin pestañear. «Es un piloto diferente por esa falta de miedo y porque siempre está dispuesto a arriesgar», añadía Jorge, que se coloca a sí mismo en el cuarto o quinto puesto de la lista de favoritos al título a día de hoy. Por delante, sin nombrarlos, pone a Viñales, Rossi y Dovizioso, los tres más rápidos ayer junto al de Cervera, y que esta temporada ni han soñado con acercarse a la regularidad del dominador. Es la asignatura pendiente que se llevan a las vacaciones, con la incógnita de cómo destronar al rey.
Maverick se ha cambiado el dorsal para borrar todo lo que huela a 2018, un año pésimo para él. Se ha puesto ese «12» con el que de pequeño le ganó un campeonato a Márquez, que no ha tardado en abrir la batalla psicológica y le ha dicho a través de los medios que este gesto no es más que un signo de inseguridad. Además de dejar el número 25 también necesita Mack que la Yamaha dé con la clave en cuanto a competitividad, algo que le han prometido desde la fábrica de Iwata. Rossi exige lo mismo a sus ingenieros en el cierre del tercer curso de su vida sin victorias, el único más allá de aquella etapa negra con Ducati. Cuando se levante el telón el próximo marzo en Qatar, Valentino ya habrá cumplido los 40 y el reloj correrá más rápido en su contra. Él se siente bien, aunque detrás de las dos últimas caídas se intuye cierta decadencia y la distancia con Márquez se alarga.
Imposible de copiar
Tito Rabat reconocía cuando pilotaba una Honda que él tenía acceso a los datos de telemetría de Marc, pero no servía de mucho, porque intentar imitar lo que hacía en la pista era imposible por condiciones físicas y nivel de riesgo. Jorge Martín, actual campeón de Moto3, dice que no se fija en Márquez con el pensamiento de copiarlo. «No me fijo en ese sentido. Veo sus entrenos y sus carreras y alucino. Cada uno tiene su estilo y él ha progresado en el suyo con la experiencia. Su nivel es increíble, no se da nunca por vencido y cuando no tiene ritmo para ganar lo saca de donde no hay», reconoce el madrileño. A él ya le llegará su momento para retar a Márquez, los que ahora están tienen unos meses para encontrar la clave que termine con una dinastía que desde 2016 no da opción.
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