El Barça-Las Palmas del 1-O de 2017 ya se jugó a puerta cerrada

No es la primera vez que el Procés afecta al deporte, y más en concreto al Barcelona. La Liga ha pedido que el clásico del 26 de octubre se juegue en el Bernabéu en lugar de en el Camp Nou, cambiar el orden de los clásicos, por lo que el de la segunda vuelta sería en la Ciudad Condal, ante la amenaza de Tsunami Democratic de reventar ese día un partido que tiene una audiencia potencial de 650 millones de personas. La resonancia se multiplicaría. Hace algo más de dos años, el 1 de octubre de 2017, se disputaba el Barcelona-Las Palmas de Liga en el Camp Nou. Justo ese día se produjo el referéndum ilegal que desembocó en cargas policiales y en todos los sucesos por los que ahora se ha condenado a varios políticos detenidos. El Barcelona quiso suspender ese encuentro, pese a que fuentes oficiales les habían asegurado que la seguridad estaba garantizada. Algunos futbolistas apoyaban esa idea, como Piqué, que después lloró ante los micrófonos de la prensa, o Sergi Roberto, pero la Liga no quiso aplazarlo y el castigo deportivo era importante: tres puntos de sanción, más los tres por el partido perdido. Fueron horas de tensión, y algunos medios hablaban incluso de que fue Messi uno de los que convenció al vestuario para que se jugara. El Barça iba líder destacado del campeonato. Esta vez es la Liga quien pide el cambio, y ninguno de los dos clubes parece por la labor de hacerlo.

La decisión final fue jugar a puerta cerrada. "Para que todo el mundo vea lo que sufrimos en Cataluña", explicó el presidente Bartomeu. Pocas veces en un encuentro se han oído tanto los gritos de los futbolistas sobre el césped y de los banquillos. Sin gente en la grada el fútbol perdió parte de su esencia. En realidad, nadie quedó contento porque desde los sectores independentistas aseguraban que la opción de jugar a puerta cerrada era blanda, y los que no pudieron entrar protestaron a la entrada del estadio. Aquí el vídeo resumen de cómo fue el encuentro. Ganó el Barcelona 3-0: