Barajas

El Chiringuito de Pedrerol: Aquí no dimite nadie

El Chiringuito de Pedrerol: Aquí no dimite nadie
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Del Bosque quiere quedarse. A pesar de su fracaso al caer con el equipo campeón en la primera fase del Mundial. A pesar de los detalles de mala convivencia que se han ido descubriendo al final de este triste campeonato. A pesar de las malas caras permanentes de muchos jugadores. A pesar de la falta de actitud de varios de los integrantes de la Selección. A pesar de las críticas del vestuario al cuerpo técnico. A pesar de ese pasotismo en el grupo que el seleccionador no supo detectar ni detener. A pesar de que la Selección se está rompiendo en mil pedazos y ha perdido la imagen de estos últimos seis años, Del Bosque quiere quedarse. No se imagina entrenando a un club a estas alturas de su carrera y para Villar su continuidad es la opción más fácil. El presidente de la Federación no quiere complicarse la vida y siempre apuesta por evitar problemas a toda costa.

Sin pedir perdón

Sí, Del Bosque quiere seguir en el cargo. Aunque no acertó con la planificación del Mundial, ni escogió a los jugadores que llegaban en mejor forma. Pese a no pedir perdón, como sí hicieron algunos futbolistas después de esta rotunda decepción. Pese a sus errores tácticos en los dos partidos vitales. Y pese a no querer admitirlos. ¡Si hasta nos quiso convencer de que se jugó un tiempo bien contra Holanda y otro contra Chile! Todo en el Mundial se ha hecho de la peor manera posible. Desde el lugar de concentración hasta el último minuto, con el lamentable plantón a los aficionados que fueron a ofrecer su cariño al aeropuerto de Barajas. Y, entre medias, los dos peores partidos de la Selección que hemos visto en los últimos años. A pesar de todo esto, y, aunque parezca increíble, Del Bosque está decidido a continuar.

En Italia sí se van

En Italia sí dimiten. ¡Qué contraste con lo que tenemos aquí! Ellos saben que después de un fracaso tan indiscutible como el que han sufrido España o la «Azzurra», hay que coger la puerta de salida y marcharse sin pensárselo. La actitud del seleccionador, Cesare Prandelli, en la conferencia de prensa tras caer eliminado ante Uruguay, fue impecable. Me gustó lo que hizo. Aplaudo lo que hizo. Admiro lo que hizo. Fue valiente. Sabe que así son las cosas y no ha esperado a que nadie tenga que levantarle del sillón. Se ha marchado él, acompañado por el presidente de la Federación, y lo han hecho con dignidad. La Prensa italiana así lo ha valorado.

España es diferente

Pero Vicente del Bosque no quiere quitarse del medio. Pide una oportunidad más y sólo aquí tengo que darle la razón. En los torneos anteriores (una Eurocopa y un Mundial siguiendo los pasos del camino que inició Luis Aragonés) se ha ganado el derecho a volver a intentar conseguir la victoria.

Fin de ciclo en Barajas

El fin de ciclo se escenificó en Barajas. Me declaro muy fan de aquellos que asumen sus errores y saben levantarse de la silla a tiempo, como Prandelli. Eso es lo que hay que hacer. Pero España es un país muy poco acostumbrado a reconocer los fallos y a asumir sus consecuencias. ¿Cómo le vas a pedir a Del Bosque que se marche en un país tan poco acostumbrado a asumir y admitir los errores? Cuando se gana, se recogen premios... y cuando se pierde, hay que marcharse. Pero aquí no dimite nadie.