El doctor Zidane lo cura todo

El Real Madrid, después de conquistar la Champions y de luchar prácticamente hasta la última jornada de Liga, afronta esta nueva temporada sin apenas inversión en jugadores de renombre. La inversión en la plantilla ha sido mínima... porque no era necesaria. El único gasto ha sido el de la recuperación de Morata, que será un hombre importante en este nuevo e ilusionante proyecto. Y lo mismo podemos decir de Marco Asensio.

Plantilla brillante

Sin duda, estamos ante una de las plantillas más completas y brillantes de la historia del club, en calidad y en número al haberse quedado James e Isco, que eran los candidatos a poder salir. Tener este elenco de grandes jugadores tiene sus pros y sus contras como ocurre en todos los vestuarios. El gran reto de Zizou será, pues, el de recuperar la mejor versión de James. El colombiano fue un hombre importante en la primera campaña, pero parte por culpa suya y parte por la gran competencia de este plantel, ahora tiene dificultades para entrar en el once titular.

El jefe ideal

Cuando un vestuario está repleto de grandes jugadores (lo sé por experiencia), a veces hay que limar y equilibrar los egos. Pero todos tenemos claro en el madridismo que Zidane es el jefe ideal. Esa lucha de egoísmos crea en ocasiones separación, sufrimiento y tensiones en el grupo humano. Algunos jugadores que poseen un gran orgullo individual están resentidos con la realidad que los rodea y piensan cosas como éstas: «Juega Fulano y no lo hago yo, que soy mejor»; «el míster me tiene manía»; «juega éste porque costó muchos millones y yo no». Y así un sinfin de pensamientos. Con la amistad y la unión se logra el fin de los egos, la enfermedad silenciosa. Por fortuna el Madrid tiene el remedio y no es otro que el doctor Zizou, que les aplicará a James y a todos la mejor terapia.