Sevilla
El rey contra el mito
El Liverpool tiene más nombre y muchísimo más dinero. Sólo eso. Hoy buscan los ingleses su duodécimo título continental, su cuarto entorchado de la Liga Europa y su tercera victoria en otras tantas finales frente a rivales españoles. La mística de este club legendario asustaría a cualquiera, excepto al rey de la competición, el Sevilla triunfante de Unai Emery, que busca su quinto título de la vieja Copa UEFA, el que sería tercero consecutivo. Invicto en cuatro finales de este torneo, nadie discute a los hispalenses la hegemonía en una competición por la que pasean como por el jardín de su casa. Basilea, en la Suiza germana, es el campo donde chocarán los «reds» de Anfield contra los rojos de Nervión; cualquier cosa menos un territorio neutral, rompiendo la tradición del país. Lógico: sería impensable el más leve asomo de aliento al Sevilla en territorio helvético. Hasta aquí podíamos llegar.
En lo puramente deportivo, el partido opondrá a dos equipos bastante parecidos, en el sentido de que ambos gustan de armarse en el centro para atacar por las bandas. Las dimensiones reducidas del terreno de juego prometen una batalla áspera, donde Krychowiak y N’Zonzi deberán imponer su físico e impedir que Firmino y Coutinho, los dos mediapuntas creativos del Liverpool, desarbolen al Sevilla. En ataque, Emery lo fía todo a la velocidad de Gameiro, los pases que pueda filtrarle Banega y el excelso momento de forma de Vitolo, sin duda la ausencia más inexplicable en la lista «eurocopera» de Del Bosque. Compareció en el entrenamiento de ayer el canario con el rictus rabioso de quien tiene cuentas por saldar.
La única duda del entrenador sevillista, habida cuenta de que el doble lateral Mariano-Coke se ha impuesto a la improductiva frivolidad de Konoplyanka para la banda derecha, está en el lateral izquierdo. Lesionado Tremoulinas, su relevo natural es Escudero, pero Kolo también se postula para un puesto que no le era ajeno en Francia, cuando compartía vestuario con Lovren, zaguero del Liverpool que pasó por el Olympique de Lyon. La escasa movilidad de la pareja de centrales de Klopp, conformada por el croata y Touré, menos orondo que su hermano Yayá, pero en todo caso metido en kilos, es la mina de la que piensa extraer oro el ataque del Sevilla.
La rueda de prensa de Jürgen Klopp concitó muchísimo más interés que la de Emery, pero esta vez, y sin que sirva de precedente, fue el vasco el que entró en lirismo: «Esta competición es la segunda mujer, la segunda pareja, la segunda novia de todos los sevillistas». Una vena poética hasta el momento inédito a la que ayer sacó a pasear Unai, que no quiere ni hablar de quedarse con la miel en los labios en esta su semana de locura, dos finales al coleto en cuatro días. «Cuando te dan la oportunidad, tienes que cogerla», añadió, más pragmático. Klopp, celebrado como un gurú por la Prensa británica, se limitó a decir que «el Sevilla es un equipo fantástico, tendremos que ser muy valientes para ganarles».
Y estar muy acertados, debería haber agregado, porque el Sevilla que afronta estos retos no tiene nada que ver con el que ha vivaqueado en una Liga rara, sin la menor victoria a domicilio. A orillas del Mar de Irlanda supieron, hace tiempo, lo que significaba pisar con el garbo del campeón. Justo así se camina ahora a la vera del Guadalquivir.
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