F. C. Barcelona
El Barcelona se recupera con un gran Messi (2-4)
El Barcelona se reconoció por fin. Dónde si no, en Wembley, uno de sus campos talismanes, pues allí ha levantado dos Copas de Europa, el equipo azulgrana se desplegó por fin con sentido, pese a que siguiera mostrando alguna duda defensiva. Se complicó un partido que tuvo más o menos controlado, pero poco a poco. Lo primero que necesitaba el «enfermo» era recobrar las constantes, mirarse en el espejo y saber quién era, y eso sí lo hizo ante el Tottenham. La sorpresa de Valverde no fue la presencia de Arturo Vidal por Dembélé. Quien entró fue Arthur, y el brasileño, flojo hasta ahora en sus apariciones en partidos oficiales, se soltó por fin y se ofreció siempre para hacer lo que mejor sabe: pasar la pelota. Es pequeño, pero utiliza el cuerpo a la perfección para no perder el balón. Con un centrocampista más el Barcelona se encontró. También es verdad que el choque se le puso pronto de cara, ya que a los dos minutos ya tenía un gol gracias a una indecisión de Lloris, que se quedó a media salida y permitió que Alba cediera a Coutinho la posibilidad de marcar. Todo eran buenas noticias para el Barça, porque disfrutaba y no sufría en defensa, con Piqué amarrando perfectamente a Kane. El primer tiempo no tuvo una mancha y Rakitic, con un remate súper estético desde fuera del área, había anotado el segundo.
Pero no todo iba a ser tan aparentemente sencillo... O sí, quizá si Messi hubiera acertado alguna de las dos acciones que estrelló en el poste, casi calcadas, aprovechando los espacios que ya dejaba el Tottenham. Firmó otro partidazo el argentino. Es el hombre que cambia el ritmo del equipo, el centro de todo. Pero a su segundo lanzamiento a la «madera» siguió el tanto de Kane en la primera acción clara que tuvo. Semedo se comió su amago y el delantero lo hizo de cine. La alegría del Tottenham no duró mucho, ya que a la tercera Messi sí embocó la pelota tras un pase de Alba que dejaron pasar tanto Coutinho como Luis Suárez.
Entonces llegaron los peores minutos del Barça. Ya a la desesperada, el conjunto de Pochettino se fue arriba, a presionar más cerca de la portería de Ter Stegen, y como consiguió un gol en un tiro de Lamela que rechazó Lenglet, por un momento creyó que la remontada era posible. Apretaba, robaba el balón rápido y amenazaba. Lucas Moura la tuvo, pero chutó mal. Fue un cuarto de hora, pero la situación no se alargó hasta el final porque no perdonó Messi frente a Lloris. El «10» acumula cinco dianas en esta Champions en la que el Barça tiene la vista puesta. Y con su juego de ayer sí convenció, pese a los pecados que se repitieron: no hay partido en el que deje su portería a cero.
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