Copa del Rey
«En otros países no se pisotea la bandera ni se pita el himno»
Athletic-Barcelona, final de la Copa del Rey. Horas antes del partido, habrá un ambiente extraordinario en las calles entre dos aficiones que se llevan bien. Minutos antes, sonará el himno nacional y se espera, sin jugar a ser muy adivino, que la pitada en el Camp Nou acabe prácticamente ahogando las notas. Así sucedió en 2009 en Mestalla y en 2012 en el Calderón, esta última vez con el Príncipe Felipe ocupando el puesto de su padre en el palco. Hoy estará por primera vez como Rey, teniendo que soportar lo que se ha convertido en una costumbre. Miguel Cardenal, presidente del CSD, deseó que los alcaldes de Barcelona y Bilbao pidieran «respeto hacia los símbolos del Estado del que forman parte las instituciones que presiden», pero no ha tenido precisamente esa respuesta. «Estoy a favor de la libertad de expresión mientras sea de forma pacífica», opinó Ada Colau, la más que probable futura alcaldesa de la Ciudad Condal, que instó a quienes se sintieran molestos a mirar «el porqué de que se produzcan los pitos». El Barcelona, en palabras a RAC-1 de su vicepresidente institucional, Carles Vilarrubí, pidió que se «respeten formalmente los himnos y las instituciones», aunque advirtió de que no pueden «imponer comportamientos», en respuesta quizá a la propuesta de Cardenal de multar a los clubes si se produce la pitada. Pese a que se trate sólo de un partido de fútbol, el escenario es goloso y mucha gente fuera de él trata de apoderarse del poder de seguimiento que tiene. Varias organizaciones independentistas, entre ellas Catalunya Acció, creada por el empresario Santiago Espot, han anunciado que repartirán 10.000 silbatos para llevar a cabo la protesta contra el Rey y el himno español, y que se sepa su «voluntad de libertad nacional». «Queremos dejar de ser súbditos del reino de España para ser únicamente ciudadanos de una Cataluña independiente», continúan en su manifiesto, que apoyan hasta doce organizaciones, entre ellas la entidad Sobirania i Progrés, cofundada por el presidente de ERC, Oriol Junqueras, y el actor Joel Joan, entre otros; el sindicato CADCI o la plataforma de difusión International Comission of European Citizens (ICEC). La gente del fútbol no ve todo esto con buenos ojos. «No pitar el himno es el deseo de todos en cualquier actividad deportiva. Hay que respetarlo porque es la seña de identidad de un país, y en otros países nadie ataca ni pisotea la bandera, ni se pita el himno», afirma Del Bosque, seleccionador nacional. «Espero que la gente vaya a una fiesta del fútbol y no a hacer política», opina Paco Jémez, entrenador del Rayo. ¿Y los protagonistas? «A nosotros nos preocupa el fútbol, el deporte, cuando ruede el balón», asegura Iniesta.
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