Alonso, huérfano de coche

A falta de siete vueltas, era décimo con uno de los peores monoplazas de su carrera y se tuvo que retirar por la rotura de la suspensión

¿Cómo puede un piloto abandonar un Gran Premio a falta de siete giros para el final por una avería y decir que ha sido su mejor carrera con uno de los coches menos competitivos que ha conducido? Razón no le falta a ese piloto, que no es otro, por desgracia, que Fernando Alonso. Lo que mal empieza mal acaba y su historia de amor con McLaren y, sobre todo, con los japoneses de Honda va camino de terminar de forma pésima para todas las partes implicadas. Ayer debió retirarse casi al final de la prueba por una rotura de la suspensión y estuvo obligado a «buscarse la vida» para ser veloz con un monoplaza que apenas rinde. «Pocas veces he tenido un coche tan poco competitivo, sin preparación invernal, teniendo que salvar (ahorrar) gasolina de forma infernal un segundo por vuelta, y estábamos en los puntos, era una sorpresa grande, seguramente una de las mejores carreras que he hecho», afirmó Alonso ciertamente enfadado. Un esfuerzo en vano para el que no hay recompensa alguna. Un esfuerzo que sólo vale para maquillar la ineficacia de Honda a la hora de crear un motor y la falta de control que McLaren ejerció en su momento.

El Gran Premio de Australia ha sido uno de los más duros para el asturiano desde que forma parte del Mundial. Ha pasado todas las sesiones de entrenamientos buscando la manera de ser competitivo con un coche que sólo da problemas y, aun así, el ovetense fue capaz de clasificarse en decimotercer lugar (ganó una posición por la avería en el coche de Ricciardo) y evitar el desastre para McLaren y sobre todo para Honda, principal responsable, pero no el único, de todos los males que ocurren en este equipo desde hace ya tres temporadas. La posición que logró Alonso en la clasificación sólo refleja la calidad que tiene como piloto porque en los tres sectores firmó prácticamente la peor velocidad de paso. Incluso, al día siguiente en carrera acabó penúltimo en el ranking de velocidad máxima, 290 kilómetros por hora frente a los 318 de Hamilton o los 314 de Vettel. Ni siquiera teniendo en cuenta los posibles rebufos que puedan indicar estas cifras hay forma de salvar las distancias. Con estos datos es imposible luchar contra nadie. El sábado se comentaba que perdía 10 kilómetros por hora en la recta, a lo que Alonso replicó que eso ocurría al final, porque en mitad de esta parte del circuito la desventaja era de unos 30. Tiene el motor que menos corre y, además, el que más gasta. Ayer su compañero terminó último a dos vueltas del ganador.

- Marca la diferencia

El nuevo reglamento aumenta la dureza de la conducción. Es decir, el piloto adquiere un mayor papel a la hora de correr más y eso ha beneficiado a Alonso para marcar diferencias con pilotos que tienen mejor coche, pero que han llegado a la primera cita del año más «verdes», como ha sucedido con algunos debutantes. Sin embargo, las cosas no serán tan «fáciles» en los próximos asaltos porque esos pilotos estarán preparados y ya no correrán en un circuito semiurbano como el de Melbourne, donde la valía del conductor cuenta un poco más que en otros escenarios permanentes.

Honda y McLaren tienen ahora dos semanas para mejorar el rendimiento del motor, pero todo hace indicar que en las próximas carreras contará con las mismas armas, porque la anunciada evolución de la unidad de potencia se espera a finales de mayo. Alonso sufrirá de lo lindo en los siguientes asaltos y es consciente de esta situación. De ahí el tremendo enfado que tenía ayer: «Cuando lleguemos a circuitos más normales nuestra posición será todavía más atrás. Hay que mejorar inmediatamente porque si no vamos a tener carreras muy frustrantes. Stoffel (su compañero) y yo haremos lo posible, pero será difícil puntuar».

- Salir de McLaren

¿Es posible que Alonso pueda tomar la determinación de salir de McLaren antes de acabar la temporada? No, a menos que firme un acuerdo con otro equipo para 2018, algo que deja entrever en algunas de sus afirmaciones ante los medios de comunicación. En Renault estarían encantados de que volviera y no es descartable. En McLaren le quieren renovar, pero deberían cambiar muchas cosas. Su amigo Mark Webber, ex piloto de F-1, ya dejó caer ayer esta posibilidad y el australiano no suele equivocarse en sus predicciones cuando se trata del futuro del español.