Rojo
El suicidio de Ferrari en Singapur
Los coches rojos chocaron en la salida y «regalaron» la victoria a Hamilton. Sainz acabó cuarto y Alonso abandonó tras ser embestido
Los coches rojos chocaron en la salida y «regalaron» la victoria a Hamilton. Sainz acabó cuarto y Alonso abandonó tras ser embestido.
Días después del Gran Premio de Italia, donde Ferrari perdió en casa frente a Mercedes de forma apabullante, los «gritos» debieron oírse en medio país. Vettel había perdido el liderato en la general y Hamilton empezaba una remontada temible. Desde ese momento, el trabajo en equipo era necesario para restar puntos a los rivales y ayer en Singapur ocurrió una situación «dantesca» para una escudería que se está jugando el campeonato del mundo después de una década de sequía. Los dos pilotos de Ferrari terminaron fuera de la carrera debido a una colisión múltiple iniciada por Kimi Raikkonen, continuada por Verstappen y terminada en Vettel. Una maniobra impensable para una estructura que el sábado triunfó en la clasificación y que tenía la victoria en el bolsillo con Hamilton arrancando desde la quinta plaza. Pero las cosas se complicaron y el alemán fue el más perjudicado porque debió retirarse poco después de tomar la salida en un Gran Premio que la lluvia complicó un poco más por el hecho de disputarse de noche. Para la FIA fue un lance de carrera y no hubo sanciones, pero lo cierto es que Raikkonen apuró mucho, Verstappen no tuvo espacio donde meterse y ambos terminaron golpeando a Vettel para dañar su monoplaza.
En éstas, el otro perjudicado fue Alonso, que salió como un cohete y fue embestido por los anteriores, ya que el golpe les dejó sin dirección y frenos. El asturiano se hubiera puesto primero o segundo de no ser por este incidente. Intentó aguantar en pista, sin embargo, el McLaren sufrió daños serios que le impidieron continuar. «Estaba casi tercero, cuando giré no veía quien iba detrás, llegaban en perpendicular. Fue un golpe fuerte y el coche no podía continuar», dijo el piloto español. Una pena porque las condiciones de la carrera eran propicias para el ovetense, que bajo la lluvia se crece a pesar de tener un coche inferior. El que no lo hizo fue Lewis Hamilton, que aprovechó el río revuelto para alcanzar la primera plaza y no abandonarla hasta el final. Gestionó muy bien la competición a pesar de las condiciones del asfalto que, poco a poco, fue secándose, las salidas a pista del coche de seguridad y la amenaza constante del Red Bull de Ricciardo, que siempre se mantuvo a una distancia muy pequeña. La elección de neumáticos fue crítica durante la prueba, ya que la trazada por donde pasaban los monoplazas se secó rápidamente y se dio un caso tan extremo como que algunos pilotos usaran gomas intermedias de lluvia y otros las ultra blandas de seco a la vez.
Sainz y la lluvia
Bottas terminó tercero y justo por detrás lo hizo Carlos Sainz. El español se marcó una gran carrera bajo la lluvia. Demostró que tiene una gran calidad como piloto. Es cierto que por arriba hubo retiradas significativas, pero mantuvo el tipo durante toda la carrera a pesar de que las circunstancias eran impredecibles.
Primero soportó la presión de Nico Hulkenberg, el que será su compañero dentro de unas semanas cuando debute probablemente en Renault –se habla incluso de la siguiente carrera en Malasia dentro de dos semanas– y poco después protagonizó una pelea tremenda con uno de los pilotos más correosos de la parrilla, «Checo» Pérez. De esta manera Sainz firmó su mejor resultado en la categoría reina y no es de extrañar la frase que su jefe, Franz Tost, le dijo por radio nada más acabar la carrera: «No te vamos a dejar ir. Quédate aquí». Imposible. No parece que pueda retenerle más tiempo, sobre todo después de los millones de euros que supone el resultado de Sainz para el equipo.
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