Red Bull
Red Bull se reinventó
Las nuevas normas frenaron el coche de Vettel, pero la escudería austriaca supo evolucionar para lograr su tercer título consecutivo
La temporada de la F-1 será recordada por un principio de ejercicio tan igualado que hasta siete pilotos distintos ganaron las primeras carreras del calendario. Nadie fue capaz de dominar dos pruebas seguidas, ni siquiera compañeros del mismo equipo. La presunta superioridad de Red Bull brillaba por su ausencia y hasta el cuarto asalto no llegó la victoria del futuro campeón. El reglamento técnico de la FIA había reducido el famoso apoyo aerodinámico de los coches energéticos a través de su difusor soplado mediante los escapes, y el responsable técnico, Adrian Newey, aún no había encontrado la forma de contrarrestar las limitaciones impuestas por la Federación. Fernando Alonso y Ferrari transitaron por un camino repleto de dudas que sólo era maquillado por el tremendo oficio del español al volante.
Los problemas del F2012. El coche de Alonso nació con muchos contratiempos y a pesar de que representaba una ruptura con lo anterior, el resultado estaba lejos de ser óptimo. El asturiano ganó en Malasia bajo la lluvia y no fue hasta Valencia cuando presentó su candidatura real al título. Sobrevivió gracias a su regularidad mientras McLaren, Red Bull e incluso Mercedes, que de la mano de Rosberg ganó en China, se mostraban muy superiores. El español fue muy constante y supo aprovechar todos los errores que cometieron sus rivales, ya fueran de conducción o por averías mecánicas como las sufridas por el coche de Vettel.
Crisis postvacacional. Fernando volvió a ganar en Alemania, en casa de su rival, y así llegaron a las vacaciones de verano. La ventaja era considerable a pesar de que el trabajo del departamento técnico no había sido brillante. Con la llegada del otoño, todo el esfuerzo que Alonso había realizado meses antes se esfumó. Los casi 40 puntos de ventaja desaparecieron en dos acciones en Bélgica y Japón. En el primero, Grosjean se lo llevó por delante junto a Hamilton y Pérez, y en el segundo, otro Lotus Renault, esta vez el de Raikkonen, reventó el neumático trasero del Ferrari y le dejó fuera de carrera en los primeros metros.
A remolque de Vettel. Desde entonces, Alonso fue por detrás del piloto alemán, que, además, disfrutó de una última evolución del RB8 que le dio un resultado increíble, con cuatro triunfos consecutivos en escenarios tan diferentes como Singapur o Japón. Alonso no se rindió y sobrevivió por puro instinto en escenarios como Corea, India y Abu Dabi, donde el F2012 no navegaba precisamente a favor. Fue entonces cuando Luca Montezemolo, presidente de Ferrari, dio el puñetazo en la mesa y exigió a los responsables del equipo hacer un esfuerzo extra para poder ganar el título. Tener a un piloto como Fernando en sus filas es muy bueno en todos los sentidos, pero es un riesgo, porque con su rendimiento deja en evidencia a toda una fábrica como la de Maranello, que no ha sido capaz de darle un monoplaza algo más competitivo, ese extra necesario para que el español, sin tener el mejor coche, hubiera ganado el campeonato sin llegar a la última cita de la temporada. Claro que no sólo se trata de errores técnicos, sino también deportivos, porque mantener a Massa en la escudería ha sido un tremendo error. Sólo en las últimas pruebas, el brasileño ha cogido algo de tono. La pregunta es cuántos puntos podría haber restado a los rivales de Alonso un compañero más fiable. Si Massa se hubiera comportado al nivel de Mark Webber o Jenson Button, el resultado final podría haber sido otro muy diferente.
Pruebas infructuosas. Ahora, una vez que el título de constructores y pilotos permanece en Red Bull, es la hora de corregir errores pasados en la escudería italiana. En los últimos meses, Ferrari se presentaba en los circuitos con un buen número de piezas nuevas que el túnel de viento decía que aportaban varias décimas y luego la realidad era muy lejana. Hace una semanas llevaron a cabo varios test aerodinámicos en recta para cotejar los datos informáticos con las pruebas reales. Y nada de nada. Alonso se desesperaba cuando probaba una y otra vez un alerón delantero y un trasero nuevos, fondo plano, difusor y pequeños detalles que no aportaban nada al F2012.
La clasificación siempre fue un caballo de batalla que nunca lograron ganar y por eso, por salir tan atrás, se produjeron algunas acciones que se podían haber evitado: el accidente de Grosjean que acabó con Alonso fuera de carrera en la primera curva de Bélgica y la salida de pista en Japón tras rozarse con el coche de Raikkonen. Dos incidentes que le hicieron perder su enorme ventaja casi de un plumazo. El coche no daba para más y no sólo no alcanzaba a tener el apoyo aerodinámico del RB8, sino que tardaba más de la cuenta en calentar neumáticos, por lo que la clasificación y las primeras vueltas después de pasar por boxes se convertían en auténticos suplicios.
¿Y ahora qué? Pat Fry y su equipo deben desarrollar este coche ganando más puntos de carga y manteniendo la fiabilidad, un aspecto que ha llevado a Fernando a pelear por el Mundial hasta última hora. Quizás en Ferrari, ahora que han cerrado su túnel de viento para corregir desajustes, puedan dar a Fernando Alonso un coche realmente competitivo. No hace falta que sea el mejor, del resto se encarga el mejor piloto del mundo y ése es el asturiano.
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