Fútbol gana a dureza

Así, sí. El Barcelona ha reaccionado. Golpe de efecto en la Liga ganando al vigente campeón. Se nota que al fin entrenador y jugadores han decidido ir a una. Messi lideró al equipo y corrió como nunca. Su actitud se contagió al resto de la plantilla. Sabía que era el centro de atención y tiró de galones. Con el argentino al máximo, este equipo es capaz de todo esta temporada. Unidos pudieron superar a un Atlético que no rebajó su habitual intensidad, incluso en ocasiones haciendo sangrar al rival como ocurrió con la entrada de Giménez al tobillo de Neymar o tantos otros encontronazos ya habituales cuando juega el equipo de Simeone.

Llegó la reacción

Se notó que el Barcelona estaba trabajado tácticamente. El Atlético no consiguió generar peligro a balón parado. Jugó al límite, pero se encontró a un rival a la altura. Se impuso el fútbol por encima del juego duro. Luis Enrique hizo su trabajo, alineó a los mejores prescindiendo de filias y fobias y los jugadores también respondieron en el campo. Piqué volvió a liderar la defensa, Busquets ejerció de pulmón en la media y, sobre todo, los tres de arriba se entendieron como nunca. Al fin fueron conscientes de que están todos en el mismo barco. La celebración del tridente en el gol de Messi es muy significativa: se abrazaron los tres con alegría, jugaron como niños y se divirtieron a pesar de las patadas y la provocación de los rojiblancos.

Más mano izquierda

Con esta victoria, el Barcelona da un golpe de efecto y demuestra que es capaz de todo. Tiene que ser un punto de inflexión para poner fin a semanas convulsas y empezar a sumar todos como mínimo hasta final de temporada. Luis Enrique ha entendido que debe tener más mano izquierda y los jugadores, que si dan el máximo este Barcelona no tendrá techo. Ahora este equipo vuelve a ser el rival a batir.