Historia

Exiliados catalanes

Eric Cantona dará nombre a un estadio en honor a sus abuelos que huyeron del franquismo

El propio jugador reveló con emoción la historia de sus abuelos, que huyeron a los campos de refugiados de Argelès-sur-Mer, en una carta publicada en The Player Tribune

Eric Cantoná
Eric CantonáArchivoLa Razon

Durante la Guerra Civil Española, sobre todo después de la Batalla del Ebro 100.000 republicanos cruzaban la frontera por los Pirineos, por la Junquera, Portbou, Le Perthus, Cerbère y Bourg-Madame, huyendo de las tropas franquistas en vistas de que la guerra estaba perdida.

El éxodo de ciudadanos provenientes de Cataluña fue masivo después de la caída de Barcelona el 26 de enero de 1939. El gobierno de Daladier decidió abrir la frontera franco-española el 27 de enero y los refugiados huyeron a través de los Pirineos. En marzo de 1939 el número de refugiados españoles en Francia se estima en 440.000 personas en un informe oficial. Los historiadores han estimado en 465.000 exiliados, de los que 170.000 son civiles, el número de refugiados después de la caída de Cataluña.

Entre esos miles de españoles que cruzaban los Pirineos a pie estaban los abuelos del famoso exfutbolista Eric Cantona: Pere Raurich y Francesca Farnós, que llegaban desde la localidad catalana de Martorell (Barcelona) y fueron acogidos en los campos de refugiados de Argelès-sur-Mer.

80 años después de estos sucesos, el estadio de fútbol de la localidad de Argelès-sur-Mer lleva el nombre del exfutbolista como homenaje que la ciudad quiere brindar a los miles de republicanos que llegaron a la localidad huyendo del dictador. En su discurso de inauguración, el ex futbolista tuvo unas sentidas palabras hacia sus abuelos: “Estoy orgulloso de venir de una familia de migrantes, rebeldes y trabajadores”. El exjugador también acudió emocionado al monolito situado en la población francesa en homenaje a los republicanos españoles y disputó un partido amistoso en el que todos los futbolistas llevaban el “7″, su dorsal en el United.

Fue el propio Eric Cantoná el que dio a conocer la historia de sus abuelos en una carta abierta publicada en “The Player Tribune”.

“El fútbol le da sentido a tu vida. Realmente creo esto. Pero tu vida, tu historia, tu esencia, también le da sentido a tu fútbol. Voy a hablar de algunas cosas de las que casi nunca hablo. Necesito contarte una historia que dio forma a todo lo que soy. Sucedió incluso antes de que yo naciera. Tenemos que remontarnos a 1939, durante la Guerra Civil española”, comenzaba relatando Cantoná.

Nieto de refugiados

“Mi abuelo materno era de Barcelona y luchó contra el dictador Franco hasta el amargo final. Al final de la guerra, era un hombre buscado, y solo tuvo unos minutos para escapar antes de que los soldados nacionalistas capturaran la ciudad. Tuvo que cruzar los Pirineos a pie para llegar a Francia, y no tuvo tiempo de despedirse como es debido. Este fue el final. Vida o muerte. Entonces, antes de irse, fue a buscar a su novia y le preguntó: “¿Estás lista para seguirme?” Tenía 28 años. Tenía 18 años. Tuvo que dejar a su familia, amigos, todo. Pero ella dijo: “Sí, por supuesto”. Esta era mi abuela. Huyeron a los campos de refugiados de Argelès-sur-Mer, en la costa de Francia. Allí se aceptaron más de 100.000 refugiados españoles. ¿Te imaginas si los franceses los hubieran rechazado a todos? Pero no, mostraron compasión, como la humanidad siempre debe mostrar compasión por los que sufren. Mis abuelos habían llegado sin nada. Tuvieron que empezar sus vidas de nuevo. Pero después de un tiempo, los refugiados tuvieron la oportunidad de trabajar en la construcción de una presa en Saint-Étienne Cantalès. Esta es la vida de los inmigrantes. Ve a donde debes. Haz lo que debes. Así que fueron. Se ganaron la vida. Mi madre nació allí unos años después, y luego la familia finalmente se mudó a Marsella. Esta historia está en mi sangre. Me formó como ser humano”, continúa narrando el que fuera estrella del Manchester United.

El fútbol actual se olvida del mundo

Una carta, en la que el jugador no quiso olvidarse de los que sufren: los pobres, los marginados, los desplazados....: “Vivimos tiempos de pobreza, guerra e inmigración generalizadas. Hay muchas más personas en el mundo que ni siquiera pueden permitirse comprar una pelota de fútbol que personas que pueden pagar 200 euros para asistir a un partido de la Premier League, o 400 euros al año para verlo por televisión. El fútbol es uno de los grandes maestros de la vida. Es una de las grandes inspiraciones de la vida. Pero el modelo de negocio actual del fútbol ignora gran parte del mundo”, sentencia.

El artículo, cargado de emoción, acaba con un recuerdo a su carrera y a su forma de ver el fútbol: “Sir Alex Ferguson era el maestro de una cosa: cada vez que salíamos al campo para un partido, después de horas y horas de trabajo, se nos permitía ser libres. Sentimos total libertad para movernos donde quisiéramos, para jugar como quisiéramos. No podría tolerar el fútbol de otra manera. ¿Qué es el fútbol si no se trata de libertad?”