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Bartomeu se puede enfrentar a 5 años de cárcel

La Fiscalía pide juzgar a Rosell y al Barcelona e insta a imputar al actual presidente por delito fiscal

Sandro Rosell y Neymar, en la presentación del brasileño
Sandro Rosell y Neymar, en la presentación del brasileñolarazon

La Fiscalía pide juzgar a Rosell y al Barcelona e insta a imputar al actual presidente por delito fiscal

El Fútbol Club Barcelona dejó de pagar a Hacienda 12.148.696,29 euros por el fichaje de Neymar, según las conclusiones de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, la cual ha pedido al juez Pablo Ruz que cierre la investigación por esta causa y se juzgue al actual presidente del club, Josep María Bartomeu, al antecesor en el cargo, Sandro Rosell, y al club como persona jurídica. El Ministerio Público imputa a Rosell dos delitos contra la Hacienda Pública y otro por delito societario, mientras que a su sucesor le acusa de un delito fiscal, al igual que al Barça. Las penas a las que se pueden enfrentar son de uno a cinco años de cárcel por cada delito fiscal y de 6 meses a 4 años por el segundo de ellos. De esta forma, el coste real del jugador se elevaría a 94.892.181 euros, desglosados en 82.743.485 euros, que fue lo realmente pagado, más la cantidad que se dejó de ingresar a Hacienda.

En el escrito del fiscal se señala cómo en 2011 el club que presidía entonces Sandro Rosell ingresó en la sociedad que gestionaba los derechos de Neymar, representada por el padre del futbolista, diez millones de euros como «remuneración anticipada del jugador para garantizar el fichaje» del crack brasileño a partir de 2014. Por dicho pago, asegura el fiscal José Perals, el club no practicó la retención del Impuesto sobre la Renta de los No Residentes (IRNR), siendo el tipo de gravamen para el año 2011 del 24 por ciento, por lo que debería haber retenido e ingresado en la Hacienda Pública 2.400.000 euros.

Posteriormente, en 2013, «y ante las perspectivas de que Neymar no asumiera el compromiso pactado y se incorporara a otro club», Rosell decidió «anticipar» su fichaje ofreciéndole una cantidad de dinero mayor a la inicialmente pactada dos años antes. Además, al tener que rescindir el contrato del jugador con el Santos, el Fútbol Club Barcelona tendría que adquirir a este club los derechos federativos. Dicha decisión la adoptó el propio Rosell personalmente, «sin la autorización de la Junta Directiva del club y sin dar cuenta posteriormente a la Asamblea de socios celebrada en octubre de 2013».

De esta forma, el entonces principal dirigente del club blaugrana decidió mantener públicamente que el jugador costaría los 40 millones de euros pactados en 2011, a los que «sólo» habría que añadir otros 17 por la adquisición de derechos federativos al Santos, equipo de procedencia de Neymar, ya que entonces éste no era un «jugador libre».

Sin embargo, el coste para el Barça, señala el fiscal, «iba a ser mucho mayor», y, con ello, se iba a ocasionar un perjuicio a la entidad. De esta forma, y «con la intención de ocultar el coste real del jugador», Rosell decidió fragmentar el pago en diversas partidas, de tal modo que se firmaron cuatro contratos con el Santos: un contrato de transferencia definitiva y económica del jugador, el 31 de mayo de 2013, en el que el precio del traspaso se fijó en 17.100.000 euros; un convenio de colaboración por el que el Barcelona adquiere la preferencia sobre tres jugadores del club brasileño, por un importe de 7,9 millones de euros; un acuerdo para disputar un partido amistoso, en el que el Santos ingresaría –todavía no pagados– 4,5 millones; y un cuarto acuerdo para celebrar ambos equipos un partido en el Trofeo Joan Gamper. En total, el Barcelona abonó al club de origen de Neymar 25.171.000 millones de euros.

Junto a ello, pagó otras importantes cantidades a la empresa del padre del jugador, hasta llegar a la cifra de 82,7 millones de euros. Estas cifras, sostiene el fiscal, «fueron ocultadas por el presidente al club y no se incluyeron en las cuentas anuales de la sociedad, que fueron aprobadas en la Asamblea general celebrada el 5 de octubre de 2013, y a pesar de que en dicha asamblea varios socios preguntaron a la Junta Directiva por el coste real del fichaje de Neymar al entonces presidente del club», Rosell, que mantuvo que el coste fue de 57.100.000 euros.

Junto a ello, ideó la operación para que el club azulgrana «no tributara a la Hacienda Pública las remuneraciones que se abonaron en virtud de los contratos anteriores». De esa forma, en 2013 dejó de ingresar al fisco 6,9 millones de euros, y una cantidad algo menor en el ejercicio siguiente. El «caso Neymar» continúa.