La pegada del Madrid es suficiente. No necesita hacer encaje de bolillos ni imaginar combinaciones interminables para consumar la suerte suprema del fútbol, el gol.

La pegada del Madrid es suficiente. No necesita hacer encaje de bolillos ni imaginar combinaciones interminables para consumar la suerte suprema del fútbol, el gol. Cuando encuentra equipos como el Betis, que no se cierran y se atreven a discutirle el dominio, es martillo pilón. Golpea y golpea hasta marcar. Ni siquiera es preciso que Cristiano Ronaldo firme un tanto para ganar. Es suficiente con que esté ahí, siempre al acecho y listo para el pase final si es menester. Cuando así ocurre, aparece Özil, dos goles, el primero y el último, y se reencuentra Benzema. Pero también tiene suerte: después de que Jorge Molina hiciera el 2-1 de penalti, Rubén Castro pudo materializar el 2-2, pero chocó con la madera y a continuación Albiol despejó el siguiente remate. En vísperas de la tempestad de Dortmund, el Madrid venció con calma.

A los dos minutos, Modric dejó un recado a Paulao en el tobillo. Plantillazo propio de futbolista poco habituado a cometer faltas. No lo vio el árbitro, ni falta ni tarjeta naranja; el croata se fue de rositas y el central brasileño, recién salido de una lesión, temió una recaída. Falsa alarma. Hubo a continuación otra entrada contundente de Carvalho a Camp-bell, sin consecuencias. Y a los 13 minutos, después de comprobar que Marcelo se parecía a su mejor versión, con carreras por la banda que Cristiano agradecía, Pabón le ganó la partida y el lateral, al intentar frenarle con una patada que no llegó a destino, se lesionó. Castigo divino en el momento más inoportuno, cuando espera el Borussia Dortmund.

No hubo premeditación, nocturnidad ni alevosía, sólo fue una casualidad que las tres entradas más duras del Madrid alcanzaran, o casi, objetivos negros, que los de color, dice Paco Zamora, somos los blancos, y remite a la prueba del puñetazo en el ojo y la variedad de tonos que lo rodean, «imposible en un negro».

El partido no ofrecía suficientes detalles futbolísticos como para extenderse, aparte del debut en las filas blancas de Casemiro, un brasileño de 21 años que llegó al Castilla en enero, cedido por el Sao Paulo, y que fue campeón mundial sub-20 junto a Neymar y Lucas Moura. Bien, Mourinho, al estar sancionado Alonso, lesionado Essien y Khedira de reposo, recurrió a la promesa, que cumplió, sin más. Como Nacho, trasladado del lateral derecho al izquierdo cuando se lesionó Marcelo. Al asunto, que a finales de los 70, Bio jugó en el Bernabéu con el Barça y después de varias tarascadas imploró a sus adversarios: «¡Por favor, no me peguen más!». Circula una leyenda, que los centrocampistas del Madrid sugerían pierna dura a sus compañeros de la defensa porque a «Bio no se le notan los cardenales». Era negro. Y un buen tipo, que al final terminó intercambiando la camiseta.

Anécdotas al margen, el jugador más destacado del Madrid en la primera mitad fue Cristiano, quien con un cabezazo y un misil, que se estrelló en el palo, casi sorprende a Adrián, sin embargo batido por Özil en el minuto 90, al internarse y aprovechar el magnífico pase de Benzema.

El Madrid chocó una vez con la madera; también el Betis, cuando dos minutos antes del tanto de Özil estampó el balón en el larguero. Y si Adrián hizo un par de paradas muy meritorias, fue Diego López quien firmó la mejor intervención, cuando despejó tres cuartos de gol a Nosa (min 8). En el día de las oportunidades, para Casemiro y Nacho, para el Betis por enfrentarse a suplentes activados con la ambición de Ronaldo, quien no tuvo la suya fue Casillas. Mourinho considera fundamental preservar la salud de Khedira o Ramos, de Arbeloa o Coentrao, no la de Diego López, quien, gustos al margen, demuestra en cada partido que el Madrid no se equivocó al ficharle.

En el segundo tiempo como en el primero, Madrid y Betis se repartían el dominio. No jugaban como para encoger corazones o apretarlos en el puño, pero distraían, con la calidad justa y las ocasiones de gol contadas. Destacaban en el centro del campo verdiblanco la garra de Cañas y el mando de Beñat; en el merengue, la versatilidad de Özil, inspirado en el centro que dio a Cristiano, con el posterior pase de éste a Benzema, que hizo el 2-0, antes de que Mourinho le cambiara.

Perdido el partido, Mel recurrió a Vadillo, una joya, y Mourinho a Pepe porque también se lesionó Modric. ¡Qué fatalidad!, dos lesionados en un encuentro al enfilar la recta final de la «Champions», muy bien encarada por el Madrid, en racha. Encajó el 2-1 de penalti, el que hizo Nacho a Rubén Castro, y en el minuto 90 de nuevo Özil zanjó la cuestión. El alemán tiene imaginación, fútbol y llegada, algo o mucho de lo que al Betis le falta, lo indispensable para que el Borussia se preocupe.

Marcelo y Modric, daños colaterales

A pesar de la profunda política de rotaciones que puso en práctica Mourinho, no llegará a Dortmund con la plantilla al completo. La victoria ante el Betis no fue gratis, ya que los tres cambios que hizo el técnico madridista durante el encuentro fueron por lesión. La más grave fue la de Marcelo, que sufrió un pinchazo en el muslo izquierdo al lanzar una patada al aire. El brasileño se fue al vestuario con gestos de dolor y en camilla y habrá que esperar a que baje la inflamación para hacerle pruebas. Ya en la segunda mitad fue Modric el que sintió un pinchazo en el gemelo y dejó su lugar a Pepe: «Fue lo peor del partido», aseguró Karanka. Lo más lógico es que ninguno de los dos futbolistas esté disponible para la ida de semifinales de «Champions», un partido para el que sí debería contar Benzema, que sufrió un golpe en un tobillo y también se retiró con molestias, aunque todo apunta a una simple contusión.

-- Ficha técnica:

3.- Real Madrid: Diego López; Nacho, Albiol, Carvalho, Marcelo (Varane, min. 15); Casemiro, Modric (Pepe, min. 63); Callejón, Özil, Cristiano y Benzema.

1.- Betis: Adrián; Chica, Paulao, Amaya, Álex Martínez; Cañas (Rubén Pérez, min. 67), Beñat; Pabón, Nosa (Jorge Molina, min. 46), Campbell (Vadillo, min. 59); Rubén Castro

Goles: 1-0, min 45: Özil. 2-0, min. 57: Benzema; 2-1, min. 73: Jorge Molina, de penalti; 3-1, min. 90: Özil.

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Mostró cartulina amarilla al jugador del Betis Cañas (min. 55) y los del Real Madrid Nacho (min. 72), Higuaín (min. 79) y Cristiano (min. 82).

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo segunda jornada de la Liga BBVA disputado ante cerca de 75.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por los fallecidos en el atentado del maratón de Bostón.