Camino a Maracaná

Treinta y cinco millones de dólares, unos 26 millones de euros, esperan al ganador el próximo 13 de julio en Maracaná. Pero hay algo más. Al fondo del Mundial que «comienza» esta tarde en Costa do Sauipe espera la gloria. Y para eso conviene tener la ayuda del azar. Un bombo endemoniado en la primera fase puede complicar la vida de cualquiera de las favoritas. Por eso, España espera evitar el Grupo G, que tendría que jugar en Salvador de Bahía y Fortaleza, donde ya sufrió el asfixiante calor en la Copa Confederaciones. El otro objetivo es eludir a Chile, el rival más complicado del segundo bombo y que ya complicó la clasificación de España para la segunda fase en el Mundial de Suráfrica. «Chile está muy bien, es peligrosa, tiene muy buenos jugadores, va a ser difícil. Tiene potencial, mucho potencial, hace mucho tiempo que el equipo hace un buen trabajo», reconoce Fernando Hierro. El ex capitán de la Selección española será una de las leyendas que colaboren en el sorteo. Junto a él, Zidane, Cannavaro, Matthäus, Kempes, Cafú, Geoff Hurst y Alcides Ghiggia, el único superviviente del «Maracanazo». Ghiggia, además, fue el autor del gol decisivo. «Brasil para mí es como una segunda casa. Estuve un poco en Río de Janeiro y las personas, pese a lo ocurrido, me reconocen y vienen a hablar conmigo. Lo que el fútbol tiene de más lindo es que las personas tienen respeto y cariño por los jugadores», dice el legendario futbolista, a punto de cumplir los 87 años.

El peligro, además de Chile, está en el bombo 4, donde están alojados los equipos europeos. Es el único bombo con nueve equipos. Uno de ellos será alojado en el bombo 2, junto a los equipos africanos. Chile y Ecuador, y quedará emparejado con uno de los cabezas de serie sudamericanos: Brasil, Argentina, Colombia y Uruguay. El sorteo, condicionado por razones geográficas, no podrá incluir a más de dos equipos europeos en el mismo grupo ni a dos sudamericanos. Por ese motivo, Chile y Ecuador quedarán encuadrados en grupos con cabezas de serie europeos.

Brasil prepara el sorteo con naturalidad, con futbolistas del pasado y con músicos del presente, sin pensar demasiado en los problemas logísticos que cuestionan la viabilidad del campeonato. «No hay plan B y lo que la FIFA puede hacer ahora es pedir a Dios, a Alá, a quien sea, que no haya más accidentes relacionados con la Copa del Mundo. Eso es todo lo que podemos hacer. Esperemos que la reconstrucción pueda empezar los antes posible», dice Joseph Blatter, el presidente de la FIFA, después de reconocer que el estadio de São Paulo –que acogerá el partido inaugural– debía estar concluido este mes. Sin embargo, un accidente provocado la semana pasada por una grúa que derribó el techo de una de las tribunas, impedirá que esté operativo antes del próximo mes de abril, cuando apenas queden dos meses para que Brasil inaugure su torneo. Esos problemas logísticos han desatado las críticas de Romario, ahora diputado. Bebeto, compañero suyo en el ataque de la selección que ganó el cuarto Mundial para Brasil en 1994, le pidió que pensara «en el país». «Tenemos que estar todos juntos, unidos, para luchar por que Brasil haga el mejor Mundial de todos los tiempos. Vamos a mostrarle al mundo lo que podemos hacer. El legado para nuestro país va a ser importantísimo, tanto el material como el inmaterial», afirma el ex jugador del Dépor.

La presencia de los anfitriones en el Grupo A y en el partido inaugural del campeonato es lo único garantizado en un sorteo acusado de estar excesivamente dirigido. El ensayo efectuado ayer situó a España en un grupo junto a Costa de Marfil, Corea del Sur e Inglaterra. Una situación que podría ser mucho más difícil en la realidad.

Tiempos muertos para hidratarse

La experiencia en la pasada Copa Confederaciones llevó al seleccionador italiano, Cesare Prandelli, a solicitar a la FIFA que habilitara tiempos muertos en los partidos para que los jugadores pudieran hidratarse. La FIFA, reunida con los seleccionadores –faltaban el uruguayo Tabárez, operado de la espalda, el mexicano Herrera, y el bosnio Susic, que perdió el avión–, aprobó el descanso de dos minutos en cada tiempo. «En cada partido hay un coordinador, un médico y el árbitro, que decidirán cuándo se para», asegura la FIFA.