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Mónaco

Cazador de estrellas

La Razón
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MADRID- Los grandes hechos están en los detalles. En una servilleta, por ejemplo. En agosto del año 2000, en una cena en Mónaco, Florentino pasó una servilleta a Zidane preguntándole si quería jugar en el Real Madrid. Fue el comienzo de uno de los grandes fichajes de la historia del club. Tardó un año en realizarse, pero la caza del presidente madridista había empezado. Un poco antes, en la Eurocopa de ese verano, le dijo al barcelonista Figo que le iba a fichar para jugar en el Madrid si ganaba las elecciones. Llegaron a un acuerdo con una penalización de 5.000 millones de pesetas (30 millones de euros) si alguno se echaba para atrás. Ganó las elecciones y Figo jugó en el Real Madrid. Beckham fue otro sueño cumplido cuando también el Barcelona le quería. «Never, never, never», llegó a decir Florentino para despistar. La estrella mundial acabó de blanco. Benzema ha reconocido que si fichó por el Madrid fue porque el presidente madridista se presentó en su casa y le habló en francés. El delantero francés se sintió reconocido. Cazado.

Figo

- Imposible negarse. Le convenció y firmo un acuerdo que penalizaba con 5.000 millones a quien reculase.

Beckham

- «Never, never, never». Le quería el Barcelona, pero el presidente madridista fue más convincente.

Zidane

- Una servilleta. En una cena en Mónaco, en una servilleta le preguntó si quería jugar en el Madrid.

Benzema

- Visita sorpresa. Todas las dudas del delantero francés se acabaron cuando en su casa apareció Florentino.