«Con esta intensidad no nos gana nadie»

Zidane felicitó al vestuario del Madrid por las ganas que le habían puesto al partido, como adelantó en exclusiva «El Chiringuito»

Cuando estaba Carlo Ancelotti en el Madrid había una palabra que repetía constantemente: «Equilibrio». Era su mantra, lo que explicaba los buenos partidos del equipo, pero también los días malos. Si había equilibrio todo iba bien, si no, todo tendía a ir mal. Zidane estuvo el año exitoso de Ancelotti y como el italiano tiene una palabra que define su tiempo en el banquillo: «Intensidad», repite cuando el Madrid ha hecho un mal partido; «intensidad», dijo el sábado, cuando su equipo ganó en el Calderón y puso tierra de por medio con sus perseguidores en la tabla.

- Invencible

Sólo cuatro veces en su historia había estado el Real Madrid 29 partidos sin perder. Zidane es el protagonista de una de ellas y habrá que ver hasta cuándo puede alargarla. El siguiente partido es mañana en Lisboa, después el Dépor y más tarde, la Cultural. El siguiente es el Barcelona en el Camp Nou, seguido de la visita del Borussia al Bernabéu. No es un camino fácil, pero ahora Zidane ha conseguido que todo parezca posible. Los partidos sencillos el Madrid los gana, a veces, con facilidad y a veces con cierta desgana. Algunos los empata. Los encuentros más complicados, sin embargo, son toda una lección de profesionalidad y de buen hacer, de intensidad.

- Muy preparado

Según Isco, el Real Madrid llevaba toda la semana ensayando el sistema con el que el equipo saltó al Calderón. Toda la semana hubo dudas acerca de la participación de Benzema, que el jueves comenzó a entrenarse con el grupo. Parecía listo para disputar el derbi, pero el sábado empezó en el banquillo, para no forzar y para que Lucas Vázquez reforzase el centro del campo. El día antes del choque, Zidane había asegurado que no quería saber nada de la derrota en febrero con el Atlético, la última vez que perdió en Liga, pero lo cierto es que con la base de ese encuentro, preparó este último.

- Lección de Zizou

Con Kovacic y Modric en el centro del campo, turnándose en la posición de mediocentro: Modric ahí cuando tenía que sacar el balón; Kovacic cuando tocaba defender; el Madrid se desplegó como pocas veces en el centro del campo. Lucas Vázquez estaba a un lado, Bale al otro e Isco hacía de media punta algunas veces y de centrocampista en otras. El Madrid jugó con un 4-2-3-1 y con un 4-4-2 y con un 4-1-4-1. Según pedía el partido, los hombres del centro del campo se iban situando. Fue un equipo camaleónico como pocas veces, que se supo adaptar a las circunstancias del juego y sufrir en los dos arreones del Atlético. Otros derbis, era Simeone quien innovaba y ganaba por la mano a Zidane. El sábado, el francés dio una lección, quizá su mejor día como entrenador.

La euforia de un vestuario ganador

Desveló José Luis Sánchez en «El Chiringuito» del sábado una escena que refleja el estado de ánimo de un equipo ganador y que aspira a todo este año. Estaban una docena de jugadores madridistas eufóricos, abrazados, formando un corrillo, conscientes del significado del triunfo que habían logrado en el Calderón. Entró en el vestuario también Florentino Pérez, que vive estos derbis con una pasión especial. Y segundos después Zidane tomó la palabra para decirles «bien chavales» y esa frase sonó como una sentencia de quien cree en el trabajo bien hecho. Y sí, todos son conscientes de que con esa intensidad «no nos gana nadie».