De imposible, a muy difícil

El París Saint Germain demostró su cartel de favorito en Mestalla y dejó la balanza inclinada a su favor para acceder a los cuartos de final de la Liga de Campeones, tras superar por 1-2 a un Valencia espeso en su juego, que se mostró muy inferior al conjunto francés.

Decía una campaña publicitaria que hay algunas cosas que el dinero no puede comprar. Todo lo demás, continuaba el anuncio, se puede conseguir con una tarjeta de crédito como la que debe de tener el jeque del París Saint Germain. El club parisino lleva dos temporadas fichando estrellas a base de talonario, mientras que el Valencia desde hace cinco no hace otra cosa que desprenderse de sus mejores futbolistas para poder subsistir. Hay un abismo entre el poder adquisitivo de uno y otro y por ese agujero se despeñaron los de Mestalla, especialmente en la primera mitad.

No ayudó el planteamiento de Valverde a reducir las diferencias económicas y tampoco la primera gran noche de Lucas Moura en Europa. Al brasileño lo querían todos los grandes, el PSG ganó la puja y la nueva sensación carioca confirmó que su fama no es un cuento. Destruyó al Valencia desde la banda izquierda con una mezcla de velocidad, calidad y potencia que fue demasiado para Guardado y los dos centrales locales. En su primera arrancada reventó el balón contra el palo derecho de Guaita y después participó de los dos goles franceses. Lavezzi y Pastore rentabilizaron la superioridad del PSG en el primer acto, en el que todo le salió mal a Valverde. Su plan fue superpoblar el centro del campo para tener ventaja, pero lo que sucedió es que justo por allí a punto estuvo de escaparse la eliminatoria. El PSG esperaba tranquilamente cerca de su área y cuando no robaba el balón, eran los centrocampistas enemigos los que le regalaban la pelota. Lo siguiente era un contragolpe claro y sencillo lanzado, habitualmente, por un primer pase de Ibrahimovic jugando de espaldas.

La idea de juntar a Parejo, Banega y Tino Costa le explotó en las manos al Valencia, porque fueron un juguete en manos de la solidez gala. Tan alto llegaba el nivel del agua en la cubierta del barco valencianista, que el capitán decidió rectificar, por si no era del todo tarde y para evitar que el hundimiento resultara definitivo. Fuera Banega y Jonas para que Valdez y Canales cambiaran el dibujo.

El movimiento táctico no tuvo tanta influencia en el partido como el miedo de Ancelotti, que estaba tan contento con el resultado que en lugar de aumentarlo decidió que era mejor conservarlo. No se le ocurrió otra cosa que sustituir a dos de sus mejores hombres (Lavezzi y Moura) para poner más músculo y contención en su pizarra. Para entonces, el partido se había quitado el cinturón de seguridad y en el intercambio de golpes parecía más probable que el PSG se fuera para el aeropuerto con la eliminatoria resuelta a que sucediera lo contrario. Pero así es el fútbol y cuando algunos valencianistas estaban arrancando su coche en el parking de Mestalla, Rami remató desde cerca un lanzamiento de falta y el árbitro expulsó a Ibrahimovic por pisar la espinilla de Guardado. Dos buenas noticias que todavía permiten al Valencia soñar con una heroica noche europea junto a la Torre Eiffel.

Ficha Técnica:

1. Valencia: Guaita, Joao Pereira, Rami, Ricardo Costa, Guardado; Parejo, Tino Costa, Ever Banega (Canales, m.46); Feghouli (Viera, m.84), Jonas (Valdez, m.46) y Soldado.

2. París Saint Germain: Sirigu, Jallet, Álex, Sakho, Maxwell; Matuidi, Verratti; Pastore (Armand, m.89), Lucas Moura (Chantome, m.55); Lavezzi (Menez, m.78) e Ibrahimovic.

Goles: 0-1, m.10: Lavezzi. 0-2, m.43: Pastore. 1-2, m.90: Rami.

Árbitro: Paolo Tagliavento (ITA). Amonestó por el Valencia a Joao Pereira, y por el PSG a Verratti. Expulsó a Ibrahimovic, con roja directa, en el m.90.

Incidencias: partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, disputado en el estadio de Mestalla ante 44.000 aficionados.

Así ha sido el encuentro