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Ni por ser cómodo...
El Sevilla destituye a Míchel. El técnico reconoció que su continuidad en junio se debía a su condición de dócil
Once meses ha durado Míchel en el Sevilla. Sustituyó a Marcelino en febrero de 2011 para firmar la peor clasificación de los sevillistas en una década. Pese a lo cual y ante la sorpresa generalizada, Del Nido le entregó de nuevo en verano las llaves del vestuario. Sólo una cualidad mantuvo al madrileño en el cargo y no se incurre en injuria porque él mismo lo reconoció en una rueda de prensa: «Soy un entrenador cómodo». En este Sevilla presidencialista y donde sólo es ya importante la supervivencia de una clase dirigente cuyo futuro procesal es tan negro como sus finanzas, permanecen los fieles, los dóciles y los «sibwanistas». El criterio propio es el peor de los pecados y Míchel, que entre bastidores se mueve con la misma soltura con la que se desenvolvía en la banda derecha, se orientó enseguida.
Míchel cultivó con mimo la amistad con el núcleo duro del «delnidismo», el propio presidente, Monchi y la cara desagradable del consejo, Manuel Vizcaíno. Por eso, y debido a los juramentos de amor eterno que se habían hecho, era necesario algo más que la duodécima plaza para destituir a quien estaba considerado como «uno de los nuestros». Dicho y hecho: una veintena de hinchas se presentó en el entrenamiento de ayer para increpar al entrenador, algo inédito en una afición que jamás ha puesto el foco de sus protestas sobre Míchel, sino en la cúspide podrida de un club sumido en una vertiginosa decadencia. «Es que ya la gente te insulta», le dijo Del Nido al técnico en el momento de su destitución, a eso de las seis de tarde. ¿Quién mandó a unos protestones nada espontáneos?
Por la mañana, el presidente no dudaba en calificar como «muy deficiente» la primera vuelta del Sevilla, la peor en lo que va de siglo. «Evidentemente, el objetivo cambió. Tenemos que ser humildes y volver a la filosofía del partido a partido e ir a por los próximos tres puntos como si nos fuera la vida en ello». Fin a la década prodigiosa en el barrio de Nervión.
Emery debutará mañana
El sustituto de Míchel se conocía desde antes de hacerse oficial su destitución. Será Unai Emery, que firmó hasta junio de 2014. El técnico vasco exigió asegurarse el contrato de la próxima temporada, algo a lo que era reticente el club sevillista, pero la necesidad de fichar rápido al recambio de Míchel pesó en la negociación. No en vano, Emery llega hoy a la capital andaluza y mañana debuta en los cuartos de final de la Copa del Rey en Zaragoza.
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