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Diego Costa nunca se rinde

El delantero rojiblanco marcó dos goles y propició el triunfo del Atlético ante un Sevilla que no mereció tanto castigo n Golazo de C. Rodríguez

Diego Costa nunca se rinde
Diego Costa nunca se rindelarazon

Simeone no engañó a nadie. El Atlético fue un calco del de la temporada pasada, con menos intensidad, especialmente en la segunda parte, pese a que terminó en el campo con Óliver Torres y Leo Baptistao, dos jóvenes con futuro. El Sevilla, con cinco nuevos en el once de Emery, apunta buenas maneras. Tuvo el triunfo más cerca que los rojiblancos en un partido de baja intensidad, jugado a un ritmo lento tras el descanso y en el que faltó continuidad en las acciones. Los dos equipos se movieron a impulsos de sus individualidades y en esa faceta Diego Costa resultó fundamental. El hispano brasileño marcó un gol decisivo cuando parecía que los actores habían firmado un pacto de no agresión. Y en la última jugada Cristian Rodríguez rompió las hostilidades para firmar un triunfo excesivo, quizá, para los del Calderón.

Y es que el partido no tuvo la tensión, ni la chispa, de otros enfrentamientos. Diego Costa se dedicó a meter dos goles y no entró en refriegas absurdas y por parte sevillista tampoco hubo nadie que quisiera alterar el orden. Era la puesta de largo y las rencillas deportivas estaban olvidas.

Y eso que el encuentro comenzó con una tarjata a Arda cuando no se había cumplido un minuto. ¿Malos presagios? No. Porque el Sevilla se puso a jugar, tomó el mando y buscó a través de Rakitic, Marin, Vitolo y Perotti tener superioridad en el centro del campo. Y lo consiguió porque Arda y Koke no estaban inspirados y eran Gabi y Mario los encargados de mantener al equipo. Atrás no sufría y sólo se estremeció Courtois cuando el colombiano Bacca (min 21) cabeceó al larguero.

Quería el Sevilla, tenía la iniciativa, pero el Atlético se mostraba cómodo. Cuando atacaba forzaba córners y , además, Villa probó a Beto con un tiro desde fuera. El partido era equilibrado hasta que Koke botó un corner y Diego Costa marcó. Jugada de ensayo, con Miranda peinando el balón. Cobraba ventaja el Atlético y eso es un peligro para cualquier rival. Sin embargo, no hubo tiempo para analizar la situación y un golazo de Perotti servía para empatar. Una ocasión de Gabi tras jugada de Diego Costa, la lesión de Pareja y una tarjeta a Perotti por simular una caída pusieron fin al primer acto.

Salió Kondogbia, Iborra (fichado el jueves) se colocó de central y el Sevilla apareció más entonado que el Atlético. Se vieron detalles de Marin, hubo un disparo de Vitolo al lateral de la red y pocas cosas en el cuandro de Simeone. El técnico quitó al desdibujado Arda y metió a Óliver Torres, desparpajo, ganas y calidad. Quería tener más la pelota el Atlético, pero era el Sevilla el que manejaba el partido.

El ritmo ya no era rápido, la gasolina faltaba en los dos equipos y eran los de Emery los que estaban más cerca de su objetivo. Sin embargo, al Atlético no se le puede dar nunca por muerto y más si Diego Costa está en el césped. Se había ido ya Villa –aprobado raspado– cuando Diego se inventó el segundo gol. Un gol que hundió al Sevilla, con poca capacidad de reacción pese a sus buenas maneras, y que permitió al Atlético aprtetarse atrás y buscar el contragolpe con Baptistao y Cristian Rodríguez. El uruguayo cerró el encuentro con un golazo tras perfecta jugada individual y los tres puntos volaban a Madrid en una noche en que el castigo fue muy duro para los de Emery.