Celta de Vigo
Un minuto de suspense
Un gol de Banega nada más marcar el Celta el 2-0 certificó el pase a la final de Copa de un Sevilla que apenas sufrió en Balaídos.
Un gol de Banega nada más marcar el Celta el 2-0 certificó el pase a la final de Copa de un Sevilla que apenas sufrió en Balaídos.
El Sevilla disputará contra el Barcelona la final de la Copa del Rey el 21 de mayo. Muchos observadores imparciales llevaban una semana profiriendo esta afirmación, pero ni el Celta estaba por la labor de rendirse sin presentar batalla ni pensaba Unai Emery que el encuentro jugado en Vigo, bajo el espeluznante temporal que sacude a toda la cornisa cantábrica, sería un mero trámite. Jamás peligró el pase sevillista, sí, pero nadie respiró tranquilo hasta que Banega hizo el 2-1.
Marcó Iago Aspas al final de la primera parte cuando, en realidad, ningún apuro había pasado Sergio Rico, a no ser que se computen como ocasiones dos irrupciones de Guidetti invalidadas por fuera de juego previo. El control correspondía a los sevillistas, que bailaban bajo la lluvia bajo la batuta de un Banega tan cómodo, que hasta se permitía el lujo de ensayar regates de funambulista sobre la pista de patinaje que era Balaídos. La única ocasión clara antes del 1-0, fue un tiro de Krohn Dehli, egoísta, al lateral de la red. Entre el gol inaugural y el descansó, no empató Iborra porque su cabezazo franco se fue al palo.
El ambiente del graderío era de remontada, porque en algo se tiene que entretener la gente, y la cara de los jugadores del Celta era de velocidad, sin ahorrarse aspavientos para enardecer al público ni esas triquiñuelas que pone el manual del pícaro que ha de usar todo equipo en busca de hazaña. Pero la realidad era que el resultado de la ida pesaba como un collar de melones. Bien un gol sevillista o bien el paso de los minutos terminaría resignando a los encomiables vigueses, a quienes Berizzo espoleaba desde el área técnica para que la intensidad no decayese ni un segundo.
El gol salvador llegó antes del cuarto de hora de la reanudación pero antes sucedieron tres cantadas de Sergio Rico, que terminó regalando el 2-0 a Iago Aspas después de dos ocasiones falladas por el Celta. No hubo tiempo para los nervios porque Banega replicó con un tirito raso y malintencionado en la jugada del saque de centro, pero el sevillismo gritó voz en cuello ese tanto tranquilizante. Ahora sí que la final, otra, estaba en el bolsillo. Aunque ninguna iba a cambiar el curso dictado de la eliminatoria, pasaron muchas cosas en la media hora final.
Penalti fallado
Sergio Rico cometió un penalti que, de haberlo expulsado el árbitro, le habría costado la final; Guidetti lo falló al tirarlo al palo; Konoplyanka empató el partido al rematar un pase de la muerte de Vitolo, habilidoso como para regatear sobre la piscina en la que se había convertido el campo; y N’Zonzi vio la tarjeta que lo priva del último partido de la temporada al saltar con demasiado ímpetu en pos de un balón irrelevante. Ea, a Madrid.
- Ficha técnica:
2 - Celta de Vigo: Rubén Blanco; Wass (Jonny, min.64), Hugo Mallo, Sergi Gómez, Planas; Tucu Hernández, Marcelo Díaz (Radoja, min.68); Iago Aspas, Orellana, Bongonda; Guidetti (Señé, min.71)
2 - Sevilla: Sergio Rico; Koke, Rami, Kolodziejczak, Escudero; Carriço (Cristóforo, min63), Iborra (NŽZonzi, min.55); Vitolo, Banega (Konoplianka, min.71), Krohn-Dehli; Gameiro.
Goles: 1-0 Iago Aspas, min.35; 2-0 Iago Aspas, min.54; 2-1 Banega, min.56; 2-2 Konoplianka, min.87 Árbitro: Martínez Munuera (colegio valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Planas, Hernández por parte del Celta, y a Banega, Sergio Rico, NŽZonzi y Krohn -Dehli por parte del Sevilla.
Incidencias: Partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey disputado en el estadio municipal de Balaídos ante 15.201 espectadores, según anunció el club gallego.
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