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El Barça, al banquillo

Ruz procesa a Bartomeu, Rosell y al club por el fichaje de Neymar, que cifra en 83,3 millones. El juez les imputa administración desleal y tres delitos fiscales por un supuesto fraude de 13 millones

Sandro Rosell (i) y Josep Maria Bartomeu (d)
Sandro Rosell (i) y Josep Maria Bartomeu (d)larazon

Ruz procesa a Bartomeu, Rosell y al club por el fichaje de Neymar, que cifra en 83,3 millones. El juez les imputa administración desleal y tres delitos fiscales por un supuesto fraude de 13 millones

El fichaje de Neymar sentará en el banquillo al presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, a su antecesor en el cargo, Sandro Rosell, y al propio club por administración desleal y tres delitos fiscales por un supuesto fraude a Hacienda de 13 millones de euros en 2011, 2013 y 2014. El juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz cerró ayer la investigación del «caso Neymar» y –en el auto en el que transforma las diligencias previas en procedimiento abreviado– asume los argumentos de la Fiscalía para llevar a juicio la polémica contratación, que el magistrado cifra en 83,3 millones de euros frente a los 57,1 que defendía el Barcelona.

Ruz desmenuza en su resolución los trece contratos (que arrancaron el 15 de noviembre de 2011 y se cerraron el 30 de julio de 2013) que coronaron con el fichaje del jugador, unas negociaciones «lideradas» por Rosell, quien actuó «abusando» de sus funciones, y en las que participó también Bartomeu como vicepresidente deportivo de la entidad (su firma figura en diez de esos contratos). Tras asumir en 2013 una indemnización de 40 millones por adelantar un año la contratación, ambos sostuvieron que el coste del fichaje era de 57,1 millones, para ajustarse al presupuesto del club de ese año (70 millones) para incorporaciones. Sin embargo, dice Ruz, «conocían que en realidad el coste de la adquisición» superaría esa cifra, «ocasionándole de este modo un perjuicio a la entidad».

De hecho, asegura el juez, Rosell decidió «abonar unas cantidades superiores» tanto a Neymar como al Santos, club de procedencia del jugador, «que no se hicieron constar en las cuentas anuales» de ese ejercicio. Además, «con la intención de ocultar el coste real», Rosell «ideó fragmentar el pago en diversas partidas» a través de un rosario de contratos con tres sociedades de la familia Neymar con un único objetivo: pagar al jugador y al Santos el precio del fichaje. Para el magistrado, se trata de operaciones simuladas «que no tenían como base una relación mercantil real».

Ruz recela, entre otros, del contrato de representación y gestión firmado el 3 de junio de 2013, por el que el padre del jugador se garantiza el 5% de todos los ingresos de su hijo. Para el juez, esos pagos, como todos los demás, son una retribución encubierta pues el padre de Neymar, recalca, «no presta un servicio al club, sino al jugador» (de hecho, algunas contraprestaciones por su labor de seguimiento de jugadores se estipulaba al margen del resultado de sus gestiones).

En total, Ruz cifra en al menos 83.371.000 euros los desembolsados por el Barcelona entre 2011 y 2013 por el fichaje. Una cantidad que todavía podría aumentar, pues el Barcelona debe pagar 4,5 millones al Santos si ambos no juegan un amistoso en Brasil y otros dos millones si Neymar es elegido entre los tres mejores jugadores del año por la FIFA.

Al tratarse de retribuciones laborales de Neymar vinculadas al fichaje, el club debería haber pagado a Hacienda por el Impuesto de la Renta de los No Residentes en 2011 y 2013 (cuando el jugador aún no residía en España) y por el IRPF en 2014 (ya establecido en Barcelona). No fue una omisión inconsciente, según Ruz, pues la obligación de retener esas cantidades era «plenamente conocida» por el Barcelona, que pese a todo llevó a cabo una «estrategia defraudatoria» y no hizo frente a unas cuotas de 2,4 millones en 2011, 6,7 en 2013 y otros 3,8 en 2014. Y todo con el objetivo de pagar menos a Hacienda. No fue hasta febrero de 2013 cuando el club desembolsó a la Agencia Tributaria 13,5 millones. La situación, concluye Ruz, no cambió con la llegada de Bartomeu a la presidencia, pues en 2014 autorizó los pagos pendientes del fichaje con idéntica estrategia defraudatoria.

El Barcelona ya ha anunciado que recurrirá la decisión del juez.