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El Chiringuito de Pedrerol: Carta a Casillas

Iker, desde el cariño: has sido el más grande de la historia, pero ya no sientes el Bernabéu como tu casa. Hay que dar el paso

Así se entrenaba ayer Iker Casillas con el preparador de porteros, Villiam Vecchi
Así se entrenaba ayer Iker Casillas con el preparador de porteros, Villiam Vecchilarazon

Florentino y tú, Iker, debéis sentaros ya. El sábado el Bernabéu te dijo «basta» y ya no se puede esperar más. Hay que arreglar el problema de la portería. Debe de ser muy duro para ti, que has sido el mejor portero de la historia, escuchar pitos por parte de tu afición una semana tras otra. Pero te has topado con la realidad. La gente no es tonta. Saben que fuiste el mejor durante muchos años. Y uno de los más queridos por el madridismo. Pero ya, ni una cosa ni la otra.

- Sin confianza

Hace tiempo que no se te ve en el campo con esa seguridad y esa confianza que transmitiste durante tantos años, Iker. Te tiemblan las piernas. Tienes el miedo dibujado en el rostro. No sientes ya el Santiago Bernabéu como tu casa y contagias tus miedos al resto del equipo. La calidad nunca la vas a perder, claro que no. Siempre llevarás dentro a ese grandísimo portero que has sido. Pero ha llegado el momento de buscar la salida, y lo sabes muy bien. Seguro que volverás a disfrutar del fútbol en otro lugar. Te mereces ser feliz en otro equipo. Tienes que volver a sonreír.

- Los palmeros no te ayudaron

No te hicieron ningún favor los que te apoyaron cuando fallabas. Todos esos palmeros que te vendieron campañas inexistentes. Todos aquellos que te decían cada semana que no pasaba nada. Que todos los goles eran imparables. Que no podías hacer más. Todos aquellos que te aseguraron que se trataba de críticas dirigidas e interesadas no sólo te hicieron daño a ti, sino que te enfrentaron a parte del madridismo. Esos que escondieron la realidad durante demasiado tiempo no te ayudaron en nada. Y el sábado te sentiste solo. Los pelotas no estaban, y diste ese grito de rabia con unas palabras de impotencia que te salieron del alma y que no iban dirigidas a nadie.

- Marcharse a tiempo

Me viene a la cabeza la final de hace un año en Lisboa. Te veo levantando la Décima en esa imagen ya histórica. Y pienso que hubiera sido la mejor despedida posible para ti. Pero decidiste prolongar la agonía. Saber marcharse a tiempo es muy complicado. Pero tú tienes que dar el paso.

- Por el bien del Madrid

Cuando te reúnas con Florentino, hazlo a calzón quitado. Sin tapujos. Sin medias tintas entre ambos. Sin intermediarios. Sin representantes de poca monta. Tú, leyenda viva del club y del fútbol español, cara a cara con el presidente. Y buscando lo mejor para el Real Madrid, que de eso se trata. Habla con humildad cuando os sentéis. Dile cómo te sientes y Florentino será justo contigo.