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El Chiringuito de Pedrerol: El populismo de Xavi

Se niega a reconocer que el Madrid no sólo superó al Barça a la contra, sino que lo hizo en todos los conceptos del fútbol

El Chiringuito de Pedrerol: El populismo de Xavi
El Chiringuito de Pedrerol: El populismo de Xavilarazon

El fútbol no es patrimonio de nadie. No lo ha inventado Xavi. Ni Cruyff. Ni Guardiola. El Barcelona nos hizo disfrutar con unos años maravillosos que serán recordados siempre, con un modelo de juego que Luis Aragonés trasladó con éxito a la Selección. Pero hay más formas de jugar. Ya lo decía Mourinho hace poco: hay que adaptarse al rival y a las circunstancias. Se vio perfectamente en el clásico del sábado: no sólo hay otras maneras de jugar al fútbol, sino que las hay mejores.

- Un baño sin excusas

Xavi está en su derecho de reivindicar lo que tanto les ha dado a él y al Barça. Forma y ha formado parte de esa filosofía. Pero se niega a ver la realidad. Porque el Madrid no superó al Barcelona sólo a la contra. Le ganó con el balón. Le ganó sin el balón. Le ganó en entrega. Le ganó en intensidad. Le ganó en sacrificio. Le ganó en fe. Le ganó en todo. Xavi no puede despreciar otras formas de tratar a la pelota. Y aún menos reducir el Madrid a «un equipo muy bueno a la contra y a balón parado». Eso es no saber perder. Después de un baño del Madrid en el clásico, y no es el primero de los últimos años, no es lo más oportuno reivindicar un modelo que se ha quedado atrás. El Barça, que tenía una edad media dos años superior a la del Madrid, necesita un cambio que no se vio en el Bernabéu. Y lo necesita de forma urgente.

- Fútbol total

El aficionado del Real también disfruta y vibra con el fútbol de su equipo. Este deporte no es sólo toque. Ve implicación en sus jugadores. Ve trabajo. Ve ilusión. Ve unidad. Ve que nadie se borra. Ve que estrellas como James e Isco corren como uno más. El Madrid es eso, sí. Pero también es mucho más. Futbolísticamente está por encima del Barcelona, y eso lo tiene que ver Xavi. Si tiene que tocar, toca. Si tiene que presionar, presiona. Si tiene que replegarse y salir a la contra, lo hace. Y todo a la máxima velocidad. Combina todos los registros según le interesa. Hace un fútbol total que Xavi no quiere reconocer.

- El principio del fin

Xavi sigue viviendo de la historia. No ha asumido que su época ha pasado. Y busca el aplauso fácil del aficionado barcelonista que tanto ha gozado estos años. Sus quejas tras el clásico son puro populismo. Pero ya no cuela. Su error es pensar que el estilo del Barça es el único, aunque en los últimos años les hayan derrotado una y otra vez. Su gran problema: mirarse el ombligo demasiado en vez de hacer autocrítica, que es la manera de mejorar. Lo del Santiago Bernabéu merece una reflexión más profunda, y no echar balones fuera. La autocomplacencia es el principio del fin.