El límite lo ponen ellos

Tan sólo el paso de los años determinará la trascendencia histórica de los duelos entre Leo Messi y Cristiano Ronaldo. Pero, a día de hoy, no se recuerda nada igual desde que a un inglés se le ocurrió que once jugadores lucharan contra otros once con el balón como arma para marcar goles. Y tampoco se vislumbra nada ni siquiera parecido en un futuro cercano. En pleno apogeo de la rivalidad entre argentino y portugués, al aficionado no le queda otra que seguir disfrutando mientras dure. Y, esta tarde, se escribirá un nuevo capítulo.

Si los expertos apuntan al Barcelona como ligero favorito por jugar en casa y por su apuesta por la continuidad ante el nuevo proyecto del Real Madrid, los números dicen que Cristiano Ronaldo llega en mejor forma que Leo Messi, aunque por escaso margen. El portugués se está mostrando en plenitud de facultades en este inicio de temporada. Su voracidad es suficiente para que su equipo saque los partidos adelante en la mayoría de ocasiones. Promedia más de dos goles por partido en la Liga de Campeones y suma ocho goles en nueve jornadas en la competición doméstica. Solamente Diego Costa le supera. La «Pulga» le aguanta el ritmo en la Liga, pero ha quedado un poco atrás en Europa en su lucha por ser el máximo goleador. En los tiempos en que vivimos, quedar un poco atrás significa haber anotado cuatro goles en dos partidos, pero con estos jugadores, un pestañeo significa llegar tarde.

En plena fase de construcción, el Madrid de Ancelotti se agarra a los goles de Cristiano hasta que las bases de su proyecto se hayan asentado. «Es un jugador que decide un partido por sí solo, es casi imposible de controlar», alertaba ayer Gerardo Martino. Físicamente en un estado óptimo y con la misma (o más) ambición que siempre, «CR7» quiere apurar sus últimas opciones de sumar un nuevo Balón de Oro. Y no hay mejor escenario para reivindicarse que un clásico en el Camp Nou. Messi, en cambio, está viviendo unas primeras semanas de curso lastrado por las lesiones, que le persiguen desde el mes de abril de la temporada pasada. Después de cinco años sin romperse ni una uña, el argentino no acaba de encontrar el tono en estos últimos meses. A pesar de todo, sin estar a tope, le alcanza para seguir viendo puerta con facilidad y ser indiscutible para su entrenador. Por algo sigue siendo el mejor.

Los dos llegan al choque de esta tarde después de ver puerta en la jornada europea. Cristiano goleó por partida doble a la Juventus, el segundo de penalti, y Messi batió a Amelia, permitiendo que el Barça se llevara un punto de su visita a San Siro. La «Pulga» tendrá un aliciente extra en el encuentro de hoy. Si logra ver puerta de nuevo, será el jugador que más goles haya marcado en la historia de los clásicos. De momento, está igualado con Alfredo di Stéfano con 18 tantos. «Nunca encontré la manera de parar a Messi cuando lo tuve enfrente. Depende más del día que tenga que de lo que se pueda hacer enfrente», sostiene Martino. Pero Cristiano no parece necesitar alicientes de ningún tipo. Lleva seis enfrentamientos con el Barça marcando de manera consecutiva, algo que nadie había conseguido hasta ahora. Y hoy busca el séptimo. En total, le ha hecho doce goles al conjunto azulgrana en sus enfrentamientos.

Cristiano y Messi hablan el mismo idioma cuando tienen el balón. Son fútbol en estado puro. Pero eso no implica que, duchados y cambiados, puedan mantener una larga conversación. «Es un gran jugador, pero no es mi amigo, no salgo a cenar con él. Le respeto porque es mi compañero de profesión», repite el madridista. «Es buena persona, pero va a lo suyo y yo estoy centrado en tener éxito con el Barça. No hay rivalidad en absoluto», replica la «Pulga». Por suerte, esta tarde habrá balón por medio y se espera un discurso monumental de ambos. Un espectáculo sin límites, porque cuando los dos se juntan en un terreno de juego, los únicos límites que hay son los que marcan ellos. Ronaldo y Messi. Leo y Cristiano. No hay nada igual.