Roma
El Madrid espera a Xabi
Alonso se entrenó ayer con sus compañeros, como la semana pasada, y su reaparición está muy cerca
El Real Madrid esperaba a Xabi Alonso para el clásico. Fichó a Illarramendi para sustituirlo, pero Amcelotti no se atrevió a ponerlo en el Camp Nou. «Tenía una sobrecarga en el muslo y no quería arriesgar», se justificaba el italiano después de la derrota. Su lugar fue para Sergio Ramos, porque el preparador madridista quería un jugador de referencia por delante de la defensa. Un trabajo para el que no le convencen ni Modric ni Khedira. Ése es el lugar de Xabi Alonso, al que lleva esperando el Real Madrid desde el pasado 8 de mayo, el último día que se puso la camiseta del Madrid en la goleada ante el Málaga (6-2) en el Bernabéu.
Demasiado tiempo ha pasado desde entonces. 173 días, casi seis meses. Pero ya queda poco para su regreso. Ayer se entrenó junto a los escasos compañeros que se ejercitaron en Valdebebas. Algo que ya hizo la semana pasada. Poco a poco, Xabi Alonso es uno más. Llega por fin la pieza que le falta a Ancelotti en el centro del campo.
«No me pongo fecha», decía hace unos días el centrocampista del Real Madrid. Xabi renunció a la Copa Confederaciones para operarse de una lesión de pubis que le había molestado durante toda la pasada temporada. A pesar de ser uno de los hombres de confianza de Mourinho, el portugués lo guardó durante muchos partidos. Con la Liga perdida, el objetivo era tenerlo disponible para la Copa de Europa. Xabi aguantó hasta el final de la temporada, pero no pudo y renunció a jugar con «La Roja» en Brasil. Cuando ya estaba casi recuperado, sufrió una nueva lesión el 21 de agosto, una rotura del quinto metatarsiano del pie derecho.
Ancelotti espera ya el momento de contar con el internacional español, el hombre que necesita para dar equilibrio al equipo, el jugador que más se parece a él cuando era futbolista. Porque Carlo no tenía un físico privilegiado cuando jugaba en el Milan, ni antes en la Roma. Asomaba ya la panza retenida por los entrenamientos y el ejercicio diario. Lo que le hacía diferente era su cabeza. Como a Xabi.
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