Real Madrid

Real Madrid

El mejor equipo del mundo

Sergio Ramos, como en Lisboa, marcó el primer gol y abrió el camino para ganar el Mundialito en un duro partido. Bale no faltó a su cita

Casillas, junto a Ancelotti y sus compañeros, levanta la copa del «Mundialito» tras ganar la final en Marrakech
Casillas, junto a Ancelotti y sus compañeros, levanta la copa del «Mundialito» tras ganar la final en Marrakechlarazon

El Real Madrid se ha adjudicado la victoria en el Mundial de Clubes Marruecos 2014 al derrotar en la final, disputada en Marrakech, al San Lorenzo argentino, por 2-0

Saltó Ramos y alguno creyó que estaba en Lisboa o en Múnich o en el encuentro del pasado martes en Marrakech. Saltó Ramos con la fe con la que salta siempre en el área rival, con esa alma de delantero y salvaje con la que se permite cualquier cosa en el campo. Saltó tras un saque de esquina, ese guión tantas veces escrito, y repitió lo que ya se había visto, lo que casi se podía prever que iba a suceder. Porque así ha ganado el Madrid la «Champions», porque así se ha convertido el Madrid en el mejor equipo del planeta. Sacó Kross, ganó Ramos a su defensor, el Madrid se adelantó por fin y San Lorenzo, el equipo del Papa, dejó de creer: la fe en las cosas de la tierra no es infinita y necesita pruebas, motivos y ayer el conjunto argentino no dio ninguno para pensar que en los diez minutos y toda la segunda parte que quedaba podía no ya ganar, sino empatar el partido. En Argentina se indignaron con un periodista español que en su crónica del partido de la semifinal de San Lorenzo tituló: «Sólo tienen canciones». Tienen canciones inagotables, que cantan sin parar y sin importar lo que sucede en el campo y tuvieron durante algunos minutos garra, orden y patadas para impedir jugar al Madrid. Pero cuando hubo que jugar, cuando hubo que ir a por el partido, ni siquiera supieron cómo.

El Madrid se encontró con un choque áspero, en el que era imposible jugar a nada, con el rival muy bien plantado, cortando el juego y exasperando al árbitro. No había sitio por donde pasar y el ataque se perdía por continuas imprecisiones. Los pases de Benzema siempre se quedaban un poquito atrás o botaban demasiado. Sólo Isco tuvo algún momento para encontrar rendijas, pero el rival no daba un respiro. Su papel, había dicho su entrenador, era esperar al Madrid y bien que lo hizo. Pepe y Ramos jugaban en el centro del campo, pegándose con un infatigable Cauteruccio. Pese a los nervios del portugués al principio, luego se serenó. El partido era feo y los de Ancelotti no encontraban el modo de hincarle el diente, no había manera porque no tenían tiempo para controlar una pelota. Los cambios de sentido de Kroos de nada valían: un pequeño error en bajar la pelota era perderla. En cierta medida, se parecía a la final de Lisboa: uno quería jugar, pero el otro no estaba dispuesto a permitirlo. Lo único distinto es que San Lorenzo no inquietó nunca en la primera mitad. Algo más en la segunda, pero lo hizo sin fiereza y porque el Madrid ya estaba pensando en la celebración y en las vacaciones.

Ancelotti no arriesgó: el partido para ser el mejor se tenía que jugar con los mejores: fue titular James Rodríguez en el centro del campo para que el equipo tuviese más talento y el colombiano lo intentó como el resto, quiso la pelota, pero le faltó suerte. Y jugó Sergio Ramos atrás, porque tenía que jugar, porque tenía que ganar el partido, porque el destino le ha elegido, o él ha peleado para que le elija. Cuando fue sustituido, el público de pie, despidió a su héroe, dándole las gracias por el año.

Su gol cambió todo. San Lorenzo tenía que cambiar de plan, pero no tenía otro. Y el Madrid se liberó de la presión. El equipo argentino debía decidir si aguantaba igual que en la primera mitad o si iba a por el empate. Y cuando iba a tomar una decisión, el Madrid estaba en sus mejores minutos, moviendo la pelota sin oposición, sin tantas faltas. Fue entonces cuando Isco se acercó al área, ese lugar que tanto le gusta y que ahora ve de lejos, tuvo el tiempo para pensar que no había tenido hasta ese minuto y vio a Bale. No hay futbolista con más capacidad para aparecer en los días en los que todas las cámaras están mirando. No fue su gol más bonito porque remató flojo, pero a Torrico le pasó el balón por debajo.

Un hincha de San Lorenzo vaticinó que quedaba más de media hora de sufrimiento. La hinchada argentina se puso a cantar sin callarse, ya que de algún modo hay que justificar la paliza de kilómetros, mientras el partido se fue muriendo entre las llegadas más peligrosas de su equipo y la suficiencia del Madrid. Ronaldo se desesperaba en busca de una ocasión, pero sus compañeros no le encontraron. El portugués acabó desesperado por el partido: aparte del lanzamiento de faltas y de un remate de cabeza, se fue del Mundialito sin opciones de marcar. Y se notaba que le apetecía. No fue su torneo, pero ha sido fundamental para que el Madrid sea el mejor equipo del planeta. Él y esa cabeza de Sergio.

Ficha técnica:

2 - Real Madrid: Casillas; Carvajal (Arbeloa, m.73), Pepe, Sergio Ramos (Varane, m.89), Marcelo (Coentrao, m.43); Kroos, Isco, James; Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema.

0 - San Lorenzo: Sebastián Torrico; Julio Buffarini, Yepes (Cetto, m.61), Kannemann, Emmanuel Más; Néstor Ortigoza, Juan Mercier; Enzo Kalinski, Gonzalo Verón (Romagnoli, m.57), Pablo Barrientos; y Martín Cauteruccio (Matos, m.68).

Goles: 1-0, m.37: Ramos. 2-0, m.51: Bale.

Árbitro: Walter López (Guatemala). Amonestó a Ramos (22), Carvajal (30) por el Real Madrid; y a Ortigoza (12), Barrientos (16), Buffarini (55) y Kannemann (85) por San Lorenzo.

Incidencias: final del Mundial de Clubes disputado en el Gran Estadio de Marraquech, con 38.345 seguidores en sus gradas.