El nuevo Diego Costa

«Por favor, no me saques la tripa». Diego Costa pedía así a un fotógrafo que no mostrara su evidente sobrepeso cuando se incorporó a la pretemparada del Atlético en el verano de 2011. El brasileño, además, llegó cuatro días tarde. «Es que perdí el teléfono y el club no tenía mi número brasileño, por eso no me pudieron localizar», se excusó. Por cosas como ésas, el delantero rojiblanco se quedó sin ficha la pasada temporada y tuvo que buscarse la vida en el Rayo en la segunda vuelta.

Pero de aquel Diego Costa (24 años) apenas ha mostrado nada este curso. Sólo algunos «arrebatos», como sus peleas con los defensas del Madrid en el derbi o la expulsión contra el Viktoria Plzen. El paso por Vallecas la temporada pasada hizo de él un hombre nuevo y ahora es un futbolista importante para el equipo. Ha adelantado a Adrián en las preferencias de Simeone y la culpa la tienen partidos como el del miércoles en Copa ante el Getafe. Marcó dos goles y consiguió que ni sus compañeros ni su afición echaran de menos a Falcao.

«Diego Costa sabía que en el Rayo no se minimiza el esfuerzo, el que va allí es porque es valiente, porque cree en él», dice José Ramón Sandoval, su técnico el curso pasado en Vallecas. Con la franja roja, el jugador nacido en Lagarto (Brasil) consiguió 10 goles en 16 partidos y tuvo mucha culpa de la permanencia del equipo en Primera. El único reproche que se le hacía en el Rayo era su excesiva fogosidad, que le llevó a ver nueve tarjetas en menos de media temporada. Este año, a pesar de su expulsión en la Liga Europa, ha conseguido frenar sus impulsos. A cambio, ha logrado siete goles en todas las competiciones. Por eso, no es extraño que diga Simeone: «Diego Costa me encanta y creo en él».