Paris Saint Germain
El Real Madrid expedienta a Di María
El club le ha informado de que le abre un proceso en el que, según sus explicaciones, será multado o no. Queda también por saber la reacción técnica de Ancelotti ante el gesto del argentino. Su mujer, afirma: «A mentes pequeñas, oídos sordos».
Se excusa Di María en que no fue un gesto dirigido a la grada sino que simplemente se «acomodó» el pantalón. Sin embargo, en el club nadie le cree. Era el comentario en el corrillo de los directivos madridistas tras el partido; estaban indignados, les da igual la escasa vehemencia con que hiciera el gesto porque bien sabía el jugador que las cámaras le estaban enfocando y lo consideran un desplante más del extremo desde que su ánimo con el club ha ido a peor.
Ciertos directivos, en caliente, pedían que fuera multado e incluso apartado de la disciplina durante el tiempo estipulado en el reglamento de régimen interno. Sin embargo, esta mañana, el club ha decidido ir paso a paso, comunicarle a Di María que se le abre un expediente disciplinario y a expensas de las explicaciones que ofrezca los servicios jurídicos del club y la reacción que tenga, decidir si se le multa o no.
Deportivamente, a Ancelotti, claro está, se le ha dado autonomía para qué elija qué hacer con Di María este jueves frente al Osasuna: si dejarlo fuera de la convocatoria, lo que le señalaría sin ambages; o relegarle a la suplencia. Si es Bale el titular y él está en el banquillo, habría coartada técnica, pero si Bale le acompaña en el banquillo y es Jesé el titular, quedaría también en el punto de mira, pese a que el canario ha hecho más méritos que él en los últimos partidos.
De ángel a demonio
Ángel di María fue cambiado en el partido de ayer contra el Celta con el empate a cero en el marcador y la afición le correspondió su aciago partido con silbidos mientras enfilaba hacia la banda para dar entrada a Jesé. Con las cámaras enfocándole, sonrió en respuesta a los pitos y luego se llevó la mano a sus partes nobles. De forma no muy obscena, cierto es, pero lo hizo. Y en el club no lo pasan por alto. Para algunos directivos, el gesto es la gota que colma el vaso, después de que su representante coqueteara a principios de diciembre con una suculenta oferta del Mónaco, que nunca llegó al club, e incluso llegaran a maniobrar con el ultimátum de que el jugador se quería ir. Todo ello para conseguir una mejora de contrato y, lo más importante, mayor relevancia en el equipo. Es más, a algunos directivos les molesta mucho el injustificado cambio que ha sufrido Di María en apenas dos meses, cuando los actos y el discurso del argentino convenció a Ancelotti como el idóneo y menos problemático para asumir desde la segunda fila la llegada de Gareth Bale. Por su buena predisposición a permanecer en el Madrid y pelear por el puesto con el galés, fue Mesut Özil (al margen del mal hacer en los despachos del padre de Özil) el que salió del club.
Di María disfrutó de un comienzo de temporada pleno de partidos, debido a los problemas musculares de Gareth Bale. Sin embargo, en cuanto el galés entró en escena, su rendimiento ha bajado enteros, tanto que Jesé está adelantándole por la derecha sin que él parezca mirar por el retrovisor.
Por ahora, en el día de hoy, la única reacción ha sido la de la mujer de Di María. Jorgelina Cardoso, en Instagram, ha salido en su defensa con estas declaraciones: «¡Ensuciarte es muy fácil, hacerte bajar los brazos es imposible! ¡A mentes pequeñas y palabras insignificantes oídos bien sordos! Vergonzoso darle más importancia a tu 'acomodo' que a una gran victoria del Real Madrid. ¡Gente tonta si las hay!».
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