FC Barcelona

F. C. Barcelona

El récord casi acaba en drama (0-0)

Messi entró al final y abandonó el Camp Nou en camilla con problemas de rodilla. No hubo goles

Messi tras lesionarse
Messi tras lesionarselarazon

Todo estaba preparado para vivir una gran fiesta. A un solo gol de igualar el récord de goles en un año natural de Müller, Messi estaba llamado a ser el protagonista. Y lo acabó siendo, pero por motivos bien distintos. La historia empezó torcida cuando se supo que Vilanova le dejaba en el banquillo, en una decisión poco entendible. Pero fue peor cuando la «Pulga» se tiró al suelo tras una acción fortuita con Artur casi al final del encuentro, se llevaba las manos a la rodilla y abandonaba el terreno de juego en camilla con ostensibles gestos de dolor. La noche del récord rozaba el drama, aunque al final puede quedar todo sólo en un susto.

Hasta la entrada del argentino, se vivió un partido extraño. Le costó al Barça coger sitio. Con la clasificación asegurada, tiró Vilanova de los menos habituales y eso se notó. Todo lo contrario le sucedía al Benfica, con su futuro pendiente del marcador. Dejó buena impresión, combinando rápidamente al espacio en ataque ante las masivas pérdidas de balón de los azulgrana. Los primeros veinte minutos se convirtieron en un monólogo luso y el empate con el que se llegó al descanso sólo se explica con argumentos divinos. Empezó Rodrigo, completamente solo ante Pinto, lanzando el balón inexplicablemente fuera. Luego Lima, Nolito... Sumó cinco córners el Benfica en este periodo por ninguno del rival.

Frío como el ambiente de un semivacío Camp Nou, el Barcelona se quitó el sueño de encima durante diez minutos, pero luego volvió a mostrar su peor versión hasta que el árbitro señaló el descanso entre gritos de «¡Messi, Messi!». Dejó buenos detalles Rafinha, como siempre. El hermano pequeño de Thiago, también titular ayer, empezó en el extremo derecho, pero apareció por todas las partes del campo, haciendo de Cesc. Y fue Rafinha el que tuvo la mejor oportunidad azulgrana del primer tiempo rematando un centro de Tello que Garay sacó sobre la raya. Una jugada que se repitió poco después en el área de Pinto, siendo Planes esta vez el encargado de desbaratar el gol. Un tanto que tampoco llegó cuando John se quedó solo ante Pinto, ya que el portero sacó una mano milagrosa.

Un disparo desviado de Nolito antes de cumplirse el minuto de la reanudación no hacía presagiar grandes cambios en el guión. La reacción de Vilanova fue pedir a Messi que calentara, para jolgorio de la grada. Ni diez minutos tardó el técnico en concederle el deseo, y Luisao, en dejarle claro al argentino que el Benfica no iba a contribuir a su fiesta con una entrada fuera de lugar en la primera pelota que tocó. Un presagio de lo que iba a ocurrir. Messi lo intentó por tierra, mar y aire, pero no encontró el gol. En cambio, tuvo la mala suerte de caer lesionado, arruinando del todo la noche. El reinado del «Torpedo» sigue vigente. De momento.