Brasil

El traje de Messi, la otra estrella

El color rojo del atuendo del argentino llamó la atención, como es su costumbre en las grandes galas

Los jugadores del Barcelona posan antes de la Gala
Los jugadores del Barcelona posan antes de la Galalarazon

Si el año pasado fue un traje de lunares, Leo Messi se ha vuelto a desmarcar del tradicional esmoquin negro y se ha decantando por un traje de tono rojo cereza en seda

Pelé lloraba porque recibió el Balón de Oro que nunca pudo ganar porque en sus tiempos el trofeo premiaba al mejor jugador europeo. Pero la atención no era para «O Rei», sino para las «reinas» de la noche. Para Irina Shayk, la novia de Cristiano. Para Antonella Rocuzzo, la de Messi. O para la barriga de Pilar Rubio, que lucía con orgullo su embarazo acompañando a Sergio Ramos, uno de los españoles elegidos para el mejor once de la temporada. Pero tampoco ellas podían competir con el traje de Messi. Una rareza de color rojo que le hacía resaltar entre la multitud de premiados e invitados como si fuera la niña del abrigo rojo de «La lista de Schindler». Nada que ver con la imagen que ofrecieron los tres candidatos en la conferencia de prensa previa. Por culpa de las exigencias del marketing parecían recién llegados de jugar un partido de baloncesto en cualquier «playground» de Estados Unidos. Cristiano, con gorra y una sudadera abierta para que se viera en la camiseta que llevaba debajo el nombre de la marca que le paga. Messi, con sudadera cerrada de su marca, la gran rival de la que paga a Cristiano. Y Ribéry, con una camiseta blanca, sin más.

Leo Messi respetó su tradición de enfundarse llamativos atuendos para las galas en las que el fútbol mundial premia a sus ídolos. Pero esta vez no pudo esperar a que comenzara el acontecimiento para anunciar a sus fans el aspecto de su vestimenta. Lo anunció en facebook a sus seguidores. Las bromas en la red no tardaron en surgir y algunos hasta lo comparaban con «Po», el teletubbie rojo. «Confirmamos que no hemos fichado a Messi como repartidor», decía la cuenta oficial de Twitter de Telepizza. Leo vivió con tranquilidad la entrega del trofeo, con naturalidad, con su chica al lado. Antonella no tuvo la oportunidad de felicitar al padre de su hijo con un beso, como hizo Irina cuando Pelé pronunció el nombre de Cristiano Ronaldo. El portugués y la rusa compitieron con el de Casillas y Carbonero después de que España ganara el Mundial de Corea. Después, lloró Cristiano con el premio en la mano, lloró Irina que esperaba en su sitio, y lloró doña María Dolores, la madre de Cristiano Ronaldo, que se secó las lágrimas con lo primero que tuvo a mano, un fular de seda.

Sergio Ramos confesó después que a Cristiano «le había dado pena no poder expresarse por culpa de las lágrimas». «También digo abiertamente que he estado a punto de llorar. Ha sido un momento emotivo no sólo para los que estábamos allí. Se juntan factores que hacen que la lagrimita salte», aseguró el defensa madridista.

Las novias de los cracks, incluida Pilar Rubio, tenían competencia en el escenario. La brasileña Fernanda Lima, como en el sorteo del Mundial, ejerció de presentadora, aunque en esta ocasión eligió de manera deliberada un vestido con menos escote. Durante la ceremonia, a su lado apareció otra modelo brasileña, Adriana Lima, que ejerció de embajadora del próximo Mundial, que se disputará en Brasil, junto al ex futbolista Ronaldo, «el gordito», y Neymar. La gala tuvo un reconocido enfoque brasileño y nostálgico. Amarildo, uno de los goleadores del Mundial de 1962, apareció visiblemente emocionado, como Pelé, al recibir el Balón de Oro en reconocimiento a su trayectoria. «Ha llegado el momento de reconocer a un jugador muy especial. Vamos a conceder el primer Premio de Honor de la historia. Hay varios nombres que podían haber sido premiados, pero cuando pensamos en el fútbol hay uno que destaca por encima de los demás: Pelé», anunció Joseph Blatter. La FIFA no quiso olvidarse del portugués Eusebio, fallecido el día de Reyes. «A Eusebio le entraron a robar tres veces en su casa y, por alguna extraña razón, los ladrones nunca se llevaron el Balón de Oro. Desde entonces, cuando jugaba un partido fuera de casa, guardaba el trofeo en un banco», contó Jerome Valcke, el secretario general del organismo internacional. Cristiano también tuvo un recuerdo para el futbolista portugués, el más grande en la historia de su país y con el que siempre tuvo una relación muy cercana, a pesar de que Eusebio fue un ídolo del Benfica y él se crió en el rival, el Sporting.