Selección Española
Un ensayo positivo
La Selección española derrota a Inglaterra con goles de Mario y Cazorla en un partido con pocas ocasiones. Los de Del Bosque fueron superiores.
Francia queda todavía lejos, pero España no quiere perder el paso y comenzó su andadura hacia la Eurocopa aprobando el primer examen. El rival era Inglaterra, que supera a los de Del Bosque en el ránking por su excelente clasificación, que tuvo que rendirse ante el mejor juego de la Selección, rubricado con el golazo de Mario –el rey Gaspar–, que convierte al jugador del Villarreal en un futbolista iluminado, tocado con la varita mágica porque ya marcó a Ucrania en el día de su puesta de largo. Y para que no hubiera dudas de que el fútbol español es superior al inglés –Premier y demás cuestiones económicas al margen– Cazorla puso la guinda con otro gol.
El golazo de Mario llegó en la segunda parte cuando Del Bosque había movido el banquillo y Nolito, sustituto de Iniesta en el descanso, era el agitador del partido con sus regates, sus caños y esa personalidad tan peculiar que tiene cuando acaricia el balón con la bota. No habían ocurrido muchas cosas porque al dominio español, al mejor juego, al fútbol más elaborado y triangulado, le faltaba el picante del gol. La pareja Diego Costa y Alcácer trabajó mucho, presionó, buscó el espacio libre, especialmente el jugador del Chelsea, muy pegado a la izquierda, pero fueron inconstantes ante el gol. Un tiro cruzado del valencianista fue lo mejor de España en el primer tiempo. El experimento, quizá, no resultó tan positivo como esperaba Del Bosque. Cuestión de paciencia, de jugar con sólo un punta y un centrocampista más. Porque la Selección acabó con Pedro como delantero centro, ya que Morata fue reservado para el partido del martes en Bruselas.
Era un duelo del toque contra la velocidad. Y ganó España, porque la pausa y la visión que pone Iniesta, el equilibrio que da el inconmensurable Busquets y la aportación de Cesc, irregular en el pase, aunque acertó en el del primer gol, y de Thiago –mala suerte la suya con la lesión– o Cazorla fue muy superior al juego ramplón, simple y poco imaginativo de los Carrick, Delph o Barkley, siempre superados por el centro del campo español.
Sin dar su mejor versión, pero sí un buen nivel, que será superior cuando la Selección mueva el balón con más rapidez y filtre pases para los delanteros, España dominó todas las facetas del juego, pese a que Sterling, con sus correrías, y Kane hicieron que la defensa no se descuidase. Mario estuvo mejor en la construcción; su golazo es prueba de su vocación ofensiva y de su alma de delantero mientras que Piqué, al que los pitos le importan un ..., y Bartra cumplieron perfectamente. Se conocen y se compenetran. Bartra estuvo muy bien en el corte cuando fue exigido y como es de mente clara saca el balón jugado.
Piqué osó (siempre ha sido un osado) rematar desde fuera cuando el gol no llegaba y las ocasiones ante Hart eran escasas.
Con la entrada de Nolito el juego se volcó por la izquierda. El de Sanlúcar trató de entenderse con Diego Costa. Cuando controla la pelota siempre se espera que pase algo porque tiene magia. Y contagió al hispanobrasileño, que se animó con un par de remates, empeñado Diego en demostrarle a Del Bosque que puede ser útil. Le sustituyó Mata cuando el seleccionador prefirió reforzar el centro del campo. Y en plena superioridad, en una contra iniciada por el propio Mario, llegó el gol. Inglaterra era víctima de su indefinición, de su juventud y de su falta de experiencia mientras que España obtenía la recompensa a su mejor disposición, a su mejor juego y a su esfuerzo.
Con el gol era suficiente, pero con los ingleses pensando en el empate y con Casillas apareciendo cuando fue necesario –cien partidos sin encajar un gol lleva el de Móstoles– , un despiste defensivo le permitió a Cazorla cerrar el partido. ¿Excesivo castigo? Puede ser, pero el fútbol no perdona y en la balanza definitiva, la España de Busquets, Nolito, Mario y Cazorla fue mejor y tuvo más peso. Nada que objetar, querido Watson.
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